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Escapadas

Leonardo está en Cracovia

"La dama del armiño", reclamo estrella de la ciudad polaca

Al fondo, el castillo y la catedral de Cracovia vistos desde el paseo a orillas del Vístula. M. R.

"Leonardo is here" es la frase que preside los carteles que cuelgan por todo el centro histórico de Cracovia. La considerada capital cultural de Polonia (con permiso de Varsovia), que ostentó dicho título oficialmente en Europa en el año 2000 y desde 1978 es Patrimonio de la Humanidad, está dispuesta a colarse este 2019 en las celebraciones mundiales del 500.º aniversario de la muerte de Leonardo da Vinci. Y lo hace con "La dama del armiño", uno de los únicos cuatro retratos de mujeres pintados por el genio italiano, en este caso el de Cecilia Gallerani, datado en 1490 cuando Da Vinci estaba al servicio de Ludovico Sforza, el enamorado duque milanés de la bella y, al parecer, culta y refinada joven.

La obra está considerada la joya del patrimonio artístico de Polonia y se exhibe (más bien se custodia bajo siete llaves) en el Museo Nacional de Cracovia, después de haber sido adquirida por el gobierno a los herederos de la familia Czartoryski en 2016. Hasta el año pasado estaba en el Castillo Wawel -allí colgó también un tiempo durante la ocupación nazi por deseo personal del gobernador Hans Frank, que luego se llevó el cuadro (para evitar que se dañase, alegó) en su huida hasta Baviera- y antes en el Museo Czartoryski, actualmente en remodelación y donde se prevé que la dama recale de nuevo a finales de este año y sirva para inaugurar las obras y una ambiciosa exposición.

"Leonardo is here" avisan a los turistas los mensajes de los carteles que se multiplican a medida que uno se acerca al museo, un feo, imponente y mastodóntico edificio que remite inevitablemente a la época comunista, muy presente si uno se aleja tan solo un poco de la mimada almendra histórica de Cracovia. En el extrarradio más cercano al centro hay modestos barrios, con edificios sin restaurar, tranvías que comenzaron a circular desde antes de la caída del Muro de Berlín y los más genuinos y auténticos "Bar Mleczny" o bares de leche, supervivientes del comunismo y donde comer por un puñado de eslotis (4 equivalen a 1 euros) un sencillo menú. Pero en Cracovia quieren, si no olvidar, sí superar esta época a juzgar por cómo intentan evitar que el turista se salga de un casco histórico del que presumen sin miramientos. Y no es para menos. Decenas de iglesias, bonitas calles empedradas, el famoso barrio judío, apetecibles tabernas y terrazas y su famosa Rynek G?ówny (la plaza medieval) dan de sobra para una intensa escapada en la segunda ciudad más poblada de Polonia.

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