Es tiempo ya de cerezas y las más famosas, las del valle del Jerte, ya se han colado en las fruterías asturianas. Hay quien dice que aún es pronto para disfrutar de su pleno sabor. Quizás. Pero las primeras piezas rojo intenso ya están lo suficientemente dulces para que sean un postre rico y fresco en los menús de esta primavera.
La campaña del Jerte se inauguró hace escasos quince días y los productores aseguran cantidad y calidad en una campaña más temprana que la del año pasado -la floración, el espectáculo natural que cubre con un manto blanco el valle cacereño, se adelantó a los últimos días del invierno-, lo que ha hecho madurar la fruta también primero. Las condiciones meteorológicas han sido más bien de suaves y cálidas temperaturas que ayudaron a cuajar el fruto. En cuanto a precios, estos han bajado ya bastante: si la campaña comenzó con el kilo rondando los 20 euros en algunos casos, ahora ya se sitúa en torno a 5 ó 6. Unas cifras que bajarán más a medida que lleguen más cerezas a las tiendas, pues la campaña de recolección se extiende habitualmente hasta agosto (en el valle han convertido también la recolección en otra fiesta de interés turístico al igual que la de la famosa y veterana floración). La cereza es una de las preferidas en los fruteros del verano y también muy versátil en la cocina, empleada para mermeladas, licores, salsas o postres. Mientras éstas se hacen hueco en los fruteros, de los mismos se van yendo otras que agotan poco a poco la temporada como las mandarinas; lejanos se ven ya en el tiempo también los kiwis asturianos. Y al caer está la fresa de Candamo.
