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Escapadas

Gadheim, el corazón alemán de Europa

Turismo en torno al pueblo bávaro, centro geográfico de la UE

Gadheim.

Hay muchas cosas que ha cambiado el "Brexit", entre ellas, el centro geográfico de la Unión Europea. El pequeño Gadheim, en el sur de Alemania, entre Fráncfort y Nuremberg, ostenta ahora tal honor desde que Gran Bretaña se ha ido. No tiene nada especial como pueblo, pero solo el hecho de haber sucedido a Westerngrund (a 55 kilómetros) como centro de la UE ya hará que muchos opten por viajar hasta este núcleo de Baviera de poco más de 1.200 habitantes. De momento, en su territorio se ha colocado un poste en el que ondea la bandera con las 12 estrellas amarillas europeas, un sitio imán para los mitómanos. Sus habitantes esperan que los turistas se multipliquen de forma exponencial a partir de la próxima primavera.

Porque Gadheim es una buena base para explorar el norte del Estado bávaro, uno de los más visitados de Alemania, país que siempre ha albergado el centro geográfico de la UE desde 2004, cuando la nómina aumentó de 15 a 25 miembros.

¿Qué planes se pueden hacer desde Gadheim? Volar a Nuremberg y alquilar un coche es uno de los más prácticos para empezar. La ciudad queda a poco más de una hora del pueblo, en el que hay unas cuantas pensiones y casas con habitaciones de alquiler a precios asequibles. La visita a Nuremberg no debe faltar, aunque solo sea por pasear por su casco histórico medieval y descubrir la belleza de una ciudad de triste pasado relacionado con el nazismo. Otra opción es volar a Múnich, a menos de tres horas por carretera de Gadheim.

A tiro de piedra de Gadheim está Bamberg, una bonita ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1993. Descansa a orillas del río Regnitz y puede presumir de un casco histórico casi intacto y de impresión, presidido en la zona alta por la catedral, del siglo XIII. Otra escapada debe incluir a Wurzburg para disfrutar de su suntuosidad barroca y rococó pese a que fue muy bombardeada en la II Guerra Mundial. Entre sus edificios destacan la residencia y la fortaleza de Marienberg. Al caer la tarde, es tradición irse hasta el Puente Viejo, sobre el río Meno, a tomar un fresco vino blanco de la zona.

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