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Los asturianos, dispuestos a comerse la Navidad

La incertidumbre de cómo serán las fiestas y las posibles restricciones animan a muchos a pensar en una buena mesa: los elaboradores de productos típicos están ya a tope

Antiguo anuncio de sidra El Gaitero.

La Navidad de este año no será una Navidad al uso, al menos, en su faceta de celebraciones y consumo. La pandemia ha puesto todo patas arriba y las fiestas navideñas no iban a ser menos. A la espera de en qué condiciones (en cuanto a contagios, incidencia y estado de los hospitales) se llega a las últimas semanas de diciembre, lo que está claro es que habrá que contenerse en salidas y reuniones.

Pero esto no significa dejar de lado las tradiciones. Menos, las gastronómicas. En el Principado gusta la buena mesa y hay buen producto, mucho típico de la Navidad. Sus elaboradores y productores están ya a tope, con la mente en diciembre, pensando en los pedidos y los encargos. En general, todos coinciden en que los asturianos no están dispuestos a renunciar a la buena mesa y lo que ahorren en la fiesta en la calle lo gastarán en darse un buen festín en el hogar.

Los asturianos, dispuestos a comerse la Navidad

No suele faltar en ninguna mesa. La Sidra El Gaitero es un clásico que no falla y en la fábrica de Villaviciosa, donde también se elaboran cotizados turrones, están a pleno rendimiento, “con horario ampliado para la expedición de camiones y toda la empresa poniendo el 100% para llegar a tiempo a los clientes, lo que se traduce en llegar a tiempo a los hogares. Los trabajadores están haciendo un esfuerzo adicional esta año”, comenta María Cardín, directora comercial y de marketing de Grupo El Gaitero. “Tanto las grandes cadenas como el pequeño comercio están haciendo hueco en sus estanterías para los productos navideños. Esta semana comienza la implantación importante de la sidra a nivel nacional y los turrones están empezando a ser repartidos también”, añade la directiva.

El Gaitero preveía subir los precios de sus productos este año, pero la situación hizo que repensasen la idea. “Muchos clientes nos pidieron apoyo en ese sentido y los hemos mantenido”. A pesar de la compleja situación sanitaria y económica, desdela firma asturiana mantienen intacta la ilusión: “Esperamos que esta campaña sea similar al año 2019 y seguir con la tendencia de aumento en las sidras de mayor valor añadido, como son El Gaitero Etiqueta Negra y Pomarina, ambas de DOP. Además, hace unas semanas lanzamos nuestra tienda online. Pero los turrones no están ahí, porque la producción es muy artesanal y limitada y no queremos dejar a nuestros clientes de siempre sin ellos”, concreta Cardín.

Los asturianos, dispuestos a comerse la Navidad

La angula, el “oro blanco” del Nalón, es una de las especies que no suelen faltar en la mesa de los incondicionales de un pez cada vez más caro y muy peculiar. En La Arena (Soto del Barco), Mónica Paíno, del restaurante El Pescador, recibe muchas llamadas para preguntar sobre el precio y preparación del plato. “Ya tenemos unos cuantos encargos. Ya que no se sale de fiesta, la gente está con ganas de un buen besugo, unos percebes o la cazuela de angulas”, comenta. Interesa el precio, pero hasta mediados de diciembre no podrá dar uno definitivo: “Ronda los 400 euros el kilo y puede haber subidas y bajadas de 10 a 30 euros”.

El percebe es uno los mariscos más buscados en Navidad, pero el cierre de la hostelería en Asturias afecta ahora mismo al sector, explica el patrón mayor de la Cofradía Nuestra Señora de La Atalaya, Adolfo García. En todo caso, “es pronto” para hacer una previsión de cara a las fiestas. El precio y la demanda depende del número de personas que decidan faenar, también del estado del mar y de las empresas que acudan a las subastas. “Estos días, por ejemplo, apenas vendemos percebe: hay marejada y pocos compradores”, indica. “Siempre digo que vamos de la mano de los restaurantes y si ellos pinchan, pinchamos nosotros”.

Los asturianos, dispuestos a comerse la Navidad

En la ría del Eo esperan las ostras. El cultivo del preciado molusco solo se vio interrumpido en lo que va de año dos semanas, justo en primavera y coincidiendo con el confinamiento domiciliario. Eduardo Martín, de una de las firmas que trabajan en el estuario, tiene ya abierta la venta para Navidad. “Creemos que podremos abastecer el mercado porque al estar cerrada parte de la restauración, vendemos menos”, indica. En todo caso, hay mucha incertidumbre y no se sabe cómo pueden funcionar las ventas en un año donde será decisivos los pedidos familiares. Se venden paquetes de 15 ostras por 30 euros, de 30 por 45 y de 60 ostras por 80 euros. Ahora se estudia hacen paquetes más pequeños, aunque menos de 15 “no sabemos si sería rentable”.

Y de lo salado, a lo dulce.

Los meses de octubre y noviembre son de transición. El helado va desapareciendo y en Diego Verdú (Oviedo) empiezan a vender el turrón. Uno de los síntomas de que comienza la Navidad. Este año incierto las colas son online. Jesús Valdés, de la histórica firma ovetense, cuenta (mientras empiezan a preparar el mazapán), que están vendiendo online “más que nunca”. Solo en lo que llevan de mes han facturado más por internet de lo que su tienda virtual facturó durante toda la temporada pasada. “La gente que vive fuera que no puede, no quiere o sabe que no debe venir, nos está pidiendo muchísimo turrón por encargo”, explica el empresario.

Pero tampoco celebra la situación, la pandemia les ha sumido en la incertidumbre y, por un lado, o por otro, repercutirá en la facturación. Algo similar apuntan en la confitería Ovetus. Desde su local en Uría, Javier Fernández cuenta que ya están colocando los turrones, la torta de chocolate y los bombones, todos productos estrella de la marca durante la época navideña. Una campaña que, por primera vez, se vive con incertidumbre. Pero, de momento, con normalidad, en el establecimiento en Uría ya aprecian un goteo de clientes buscando los dulces navideños. Algo que en Ovetus califican como “lo normal por estas fechas”.

En Busto (Valdés), el pastelero Jonathan González ya se ha puesto manos la obra. En su tienda y obrador son famosas las colas navideñas para hacerse con sus dulces. Este año suma a su famoso roscón de Reyes y su tronco de Navidad una “edición especial” de polvorones. Con el cierre perimetral de las tres principales ciudades asturianas por la pandemia, el joven repostero ha visto reducir notablemente las ventas, “así que pensé ya en la Navidad con un dulce que aguante mucho tiempo si se conserva en un lugar seco”, cuenta. El polvorón ha sido el elegido y ya se elabora. Se venderán en paquetes de, mínimo, un kilo. Es decir, 21 polvorones de siete variedades (tres de cada sabor): cítricos, mantecado clásico, gofio canario y maicitos, canela y almendra, chocolate, haba tonka y vainilla y avellana.

Colas también hay para probar un panettone de la panadería artesana Manín, de Cangas del Narcea, bautizado como Maninttone. Hay que reservar ya. Se despacha cada semana, desde principios de noviembre y hasta el 25 de diciembre. Salen a la venta 360 unidades y la alta demanda que tienen hace que solo se pueda atender bajo pedido. Seis años lleva Alan Manín elaborando este postre típico navideño en Italia y Sudamérica y este es el primero que lo está enviando por correo a diferentes puntos de España e incluso del extranjero. “Duermo cuando la masa quiere, tienes que estar pendiente todo el día de ella, es una presión brutal que no pasa con el pan u otros postres”, explica Manín, quien aconseja a sus clientes que dejen pasar 15 días entre su elaboración hasta el día de consumo. El precio del Maninttone es de 14 euros por medio kilo y aunque en el obrador elaboran algún turrón y galleta navideña, su principal apuesta es por el pan dulce navideño.

Otro producto cangués que también nota la llegada de la Navidad es el vino de la Tierra de Cangas. La demanda se incrementa en estas fechas ya que es una buena opción para acompañar las copiosas comidas navideñas pero también para formar parte de regalos y cestas navideñas de empresas. El bodeguero Víctor Álvarez asegura que la Navidad siempre es una buena época y espera que este año, a pesar de las circunstancias, también lo sea.

“Confiamos en que la gente dedique más a la alimentación, puesto que no se podrá invertir en ocio, y dentro de eso esperamos que tengamos la suerte de que se decanten por el consumo de producto regional y de cercanía para dar vidilla a los productores que estamos aquí”, señala Álvarez.

En el caso de su bodega, Monasterio de Corias, trabaja con proveedores regionales pequeños para conformar en estas fechas cestas navideñas para obsequio, además también notan que se incrementan los pedidos a nivel nacional e incluso internacional.

Los vinos que tienen en el mercado en la actualidad son los tintos, ya que los blancos los agotaron ya en junio. No obstante, este año inician la campaña con una novedad, puesto que a sus marcas habituales se suma un nuevo vino. Se trata de un vino elaborado con la producción del viñedo de la finca La Zorrina, de Corias, el más antiguo de Cangas del Narcea. Es una edición limitada de 700 botellas que esperan que sea un buen reclamo para estas fechas.

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