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Una Navidad casera y con mucho gusto

Los menús tradicionales que no faltan a la mesa de Nochebuena y Navidad en Asturias

A unos cuantos días de Nochebuena y Navidad, lo que está claro es que las dos celebraciones serán, cuanto menos, distintas en este 2020 que toca a su fin por culpa del coronavirus. La pandemia ha puesto patas arriba la rutina diaria de millones de personas en todo el planeta y no iba a ser menos en las fiestas navideñas. Con todo, pese a los cambios, hay cosas que se mantienen fijas, como aquello que se sirve a la mesa.

Berza, morcilla, chorizo y patata convertidos en un árbol de Navidad.

Las familias, aunque separadas –el límite aconsejado para reunirse en Asturias está en 10 personas, si bien se ruega evitar en la medida de lo posible las reuniones para evitar contagios y una temible y más que previsible tercera ola–, estarán unidas por el sabor de la receta de la abuela, por ese plato que nunca falla desde que uno tiene uso de razón, por un menú que es tradición en el país de origen por muy lejos que este quede... 

La cuestión es que Navidad tras Navidad hay una rutina gastronómica muy arraigada en los hogares. Los asturianos y los que viven en Asturias cuentan para los lectores del suplemento “La vida buena” de LA NUEVA ESPAÑA cómo serán sus fiestas más caseras y, por supuesto, con mucho gusto.

Atípicas serán las fiestas dice el cantante Vicente Díaz, quien tiene ya los menús pensados desde principio al fin. Para Nochebuena, “tengo pensado entrantes con gambones a la plancha y pastel de cabracho. Luego, una crema de andaricas y, de segundo, bombón de merluza rellena. De postre, un coulant de chocolate”. Al día siguiente, la comida de Navidad, será sencilla y sabrosa “con dos platos tradicionales: algo que me encanta, la sopa de fideos y un conejín casero con patatinos. Dos manzanas asadas de mi pomarada rematan el postre”.

Un rico coulant de chocolate.

El avilesino Carlos Martínez Guardado, gran amante, conocedor y divulgador de la gastronomía asturiana, tiene la Nochebuena y la Navidad marcadas por los tres sitios distintos en los que vivió: Avilés, donde nació; Galicia, donde trabajó; y Las Palmas, donde hizo la mili. “Es curioso, pero en los tres sitios son fijos los langostinos, hasta en el cuartel los servían. Y también la sopa, no toda igual, pero siempre hay un caldo. No me falta la sidra achampanada, tanto en Las Palmas como en Galicia se tomaba la asturiana”.

Botellas de sidra El Gaitero.

El músico de Noreña John Falcone, de origen estadounidense, vivirá la Navidad en Noreña con su mujer, pero mantendrá las tradiciones familiares. Así, tiene pensado preparar una lasaña de berenjena para Nochebuena, una receta típica de su familia, de origen italoamericano. “En vez de pasta, lleva berenjena, y la hago con pisto de tomate en vez de bechamel, y con mozarella. De postre, comeremos bizcocho de plátano, que también es especialidad de la familia o galletas de mantequilla que prepara mi mujer”, explica. En Nochebuena cenará “en familia por videoconferencia”. Su hija, que estudia en Barcelona, pasará las fiestas en la Ciudad Condal y sus padres, en la Villa Condal, aunque intentarán, al menos, compartir las conversaciones durante el convite. En el caso de su familia al otro lado del charco, la situación es más compleja. Sus padres están en cuarentena en una residencia geriátrica de Idaho y ni siquiera puede visitarles uno de sus hijos que reside en esa ciudad norteamericana. La lasaña servirá para unirlos, pese a la distancia, a través de los sabores de la tradición familiar.

Berenjenas para todos los gustos

El cocinero de Prendes (Carreño) Marcos Morán aún no tiene decidido el menú de Nochebuena para agasajar a los suyos, pero sí que tiene claro que habrá alguna cosa algo más lujosa que de costumbre. “Supongo que cenaremos rosbif de ternera asturiano o cordero asado. Lo que tengo claro es que habrá andaricas, porque tanto mi padre como yo somos muy fans de comer andaricas. Y, de postre, peras al vino, una receta que siempre hacía mi abuela”, comenta. Para Navidad hará un guiso de fabes con patatas “para asentar el cuerpo”. Y tampoco faltará un buen vino de aguja, champán y alguna sidra de la zona, aunque Marcos reconoce que él es más de agua, dejan las bebidas alcohólicas para sus familiares. El chef de Casa Gerardo espera poder vivir estas fiestas con su familia. “Me repartiré: un día con mis padres y otro con mis suegros, sin superar las 10 personas. Son unas navidades para tomarlas con mucha calma, pero hay que vivirlas”, comenta.

El gaitero villaviciosino José Ángel Hevia está a punto de coger las maletas en Madrid para recalar en Asturias y disfrutar de su familia en Navidad. Antes, adelanta que hará un test de coronavirus “para viajar más tranquilos”. Su menú de Nochebuena lo tiene más o menos claro: “Mi madre, que es la que prepara la comida, suele cocinar sopa de marisco, gambas, un rollo de carne… Estos días es muy normal que bebamos sidra de casa y brindemos con sidra champanada. Mi padre, que se ocupa del postre, siempre dice que habrá turrones y ‘mandarises’, refiriéndose a los turrones, polvorones y esas cosas. Me acuerdo de cuando era niño y por estas fechas íbamos a ver a Corominas a la fábrica de El Gaitero y siempre nos regalaba algo de turrón. Desde entonces, estoy enganchado al turrón blando de El Gaitero, no puede faltar”, añade. En Navidad, como en muchas casas, comerán las sobras del día anterior.

Juan Luis Monzón, natural de Perú, ejerce como cura en Villayón desde hace años. Pasará la Nochebuena solo, pero acompañado virtualmente por su familia peruana. Cuenta que allí la tradición es comenzar la cena a las doce en punto de la noche y así lo hará, como en su patria serán las seis de la tarde su familia se conectará para acompañarle por videollamada y él se compromete a levantarse a las seis de la mañana para estar también presente en la cena peruana. El menú que tiene previsto son tallarines, pollo horneado (la tradición allá es el pavo, pero le parece mucho desperdicio para una persona sola), champán y turrón (costumbre española que importa a su cena). Además, cumplirá la tradición de su país de cerrar la cena con panettone untado con mantequilla y chocolate a la taza.

Panettone de Navidad.

Verónica Bermúdez, que preside la asociación Forum Boal 3000, pasará la Nochebuena en su casa de Boal. En su menú habrá entremeses (seguramente cecina, espárragos rellenos y queso), algo de marisco, sopa de menudos (así le llaman a una sopa con carne troceada muy menuda), pito de caleya con puré de patata y verdura de temporada. De postre habrá turrones. En su casa, como son demasiados para cenar juntos, suele ser tradición salir antes de la cena por el pueblo a tomar los vinos con toda la familia, aunque este año es posible que no pueda ser.

La tinetense Trinidad Lobato, que preside la asociación de Amas de Casa y el grupo de teatro Soñadoras de Tineo, entre otros cargos, dice que este año la cena será triste porque no podrán reunirse las cerca de veinticuatro personas de otras ediciones. No obstante, preparará el menú con la misma ilusión. De entrada habrá canapés variados (rollitos de salmón, de bonito y mayonesa con aguacate, de palitos de cangrejo…), le sigue un pastel de verduras, gambón al horno, zamburiñas a la plancha, sopa de marisco, pito casero y rollo de carne o carne asada. De postre, es tradición en su casa la tarta que elabora de bizcocho y turrón.

El argentino Gustavo Blanco Leschuk, delantero del Oviedo, tiene una rutina fija cada año. “En mi mesa, tanto el día de Nochebuena como el de Navidad, además de mi familia, con la que este año me reuniré con toda la responsabilidad necesaria ante una situación como la que estamos viviendo, siempre están presentes tres platos que me gustan mucho. Como buen argentino que soy, en estas fechas no puede faltar un buen asado, además de los sándwiches de miga hechos por mi mamá y las empanadas caseras. El fútbol nos hace estar mucho tiempo lejos de casa, sin ver a nuestra familia, y al final siempre es lindo el volver y poder encontrarte con esos platos que hace tiempo que no comes y que tanto te gustan”. 

“Estas fiestas las pasaremos en casa”, dice Santiago García Granda, rector de la Universidad de Oviedo. “Solemos ir en años alternos a casa de mi cuñada, pero en esta ocasión, dadas las circunstancias, nos limitaremos al núcleo familiar más próximo, así que serán unas navidades distintas, un poco más tristes, quizá. Eso sí, estaremos conectados y nos veremos y hablaremos, aunque sea de manera telemática, con la familia y amigos”. En cuanto al menú, Granda es fiel a la sopa de marisco: “Compramos lo necesario (almejas, andaricas, gambas…) en las pescaderías de Luanco, en la de Jesús o en la de Rosi. Tampoco hay fiestas que se precien sin los percebes que siempre compramos a Castorín, un mariscador de Podes. En Navidad, para compensar, suelo salir por la mañana a correr o a caminar por la costa del Cabu Peñes, disfrutando del Cantábrico en invierno, y vuelvo a casa para comer en familia. Para la comida, como en muchas casas, aprovechamos lo que sobró de la cena y añadimos algo más. Este año, quizá sea cordero”.

El Rector también reorganiza el tiempo libre: “Durante esos días, en los que la Universidad está cerrada, también saco tiempo para trabajar un poco en todo lo que pueda tener atrasado y, por supuesto, aprovecho para mandar y contestar felicitaciones. También disfruto del tiempo libre, leyendo o volviendo a ver alguna película vieja del cine italiano. Como en muchos hogares, aunque tratemos de evitar excesos, es probable que comamos y bebamos un poco más de la cuenta. Son días para estar en familia, para recordar a los que ya no están, para ser solidarios con quienes sufren por cualquier causa”. 

El líder de “Ilegales”, Jorge Martínez, no tiene previsto comerse nada especial en Navidad. “En principio todo es comestible. No hay que hacerle ascos a nada”, asegura el músico. “Lo cierto es que no tengo rituales ni tradiciones que me lleve a la mesa durante esos días”.

El cantante entreguín Chus Pedro lleva repitiendo el mismo menú de Nochebuena desde hace más de cuarenta años. Comienza con una sopa y, después, “nunca puede faltar el pixín alangostado, un plato que pruebo en todos los sitios donde lo ofrecen, y tampoco falta en navidades”. De postre, casadielles “y siempre sidra El Gaitero”.

Por su parte, Gladys Nieves, natural de Uruguay y presidenta de la asociación “Las Golondrinas”, en Mieres, apuesta por la mezcla de culturas a la hora de sentarse a la mesa en estas fiestas. “Suelo hacer pollo deshuesado al horno y carne fría, también pastel de cabracho y pan dulce, así mezclamos la tradición asturiana y la de mi tierra”.

Diferente es la mesa navideña del artista mierense César Frey, quien asegura que “llevamos como una década acotando los platos clásicos de la Navidad. Para este año “tendremos callos caseros, también una sopa de verduras como entrante y, de postre, no faltan los turrones y los quesos asturianos, apostamos por una cocina más clásica y humilde”.

Variedad de turrones de Navidad

“En mi casa en Nochebuena cenamos sopa de marisco y gambones y, después llacón con berzas”, cuenta Marta Fernández, quesera de afuega`l pitu de Ambás (Grado) sobre la tradicional cena de Nochebuena que celebran en su casa y que rematan, de postre, con compota de manzana.. Al día siguiente, por Navidad, van a Cubia con la familia donde habitualmente comen el menú de sopa de marisco y alguna carne guisada o asada. “De postre siempre, siempre tenemos escaldáu, que se fae con manteiga y pan de boroña, que a veces se mezcla con escanda, y miel y azúcar, ye típico de Grau”, comenta. 

En la casa del CEO y fundador de la empresa tecnológica Zapiens en Gúa (Somiedo), Daniel Suárez, el menú se cumple a rajatabla cada año. En la cena de Nochebuena comienzan con gambas y sopa de marisco, “que empezó siendo de ajo con poco marisco o sin él”, comenta. Y, de segundo, un pescado al horno. “Antes como no se comía mucho pescado el día de Nochebuena no faltaba”, explica. Al día siguiente, disfrutan de las sobras de la noche a las que añaden entrantes variados como embutidos, entre otros. “Y, luego, de tarde, solemos hacer florones, que se hacen con la misma masa que los frixuelos pero se fríen en aceite muy caliente en un fierro con forma de flor, es típico de Somiedo y se les echa azúcar por fuera y lo tomamos con un cafetín con leche”. 

El mexicano Víctor Ake, director de una empresa de ciberseguridad que lleva desde Somao (Pravia), ha celebrado siempre la Nochebuena y Navidad con platos tradicionales de su país que hacía su madre con una variedad de recetas como “el romerito”, unas tortitas de este vegetal con gambas y mole, una pasta de chile con chocolate. “Está muy rico, otro platillo es un tipo de bacalao a la vizcaína que es especial de Nochebuena aunque también lo comemos en Nochevieja y en otras ocasiones comemos tamales con carne de cerdo con un adobo picante y de pollo con un contenido muy bilbaíno, tenemos mucha influencia de la cocina vasca en México”, comenta. Como también la tiene la diáspora asturiana en el país norteamericano ya que en muchas mesas del país se brinda con sidra “El Gaitero”. “Y ni Nochebuena ni Navidad son muy dulceros”, dice. Ahora, en Somao, incluyen comida española como paletilla de cordero ahumado y elaboraciones del país de origen de su mujer, Finlandia, como el “janssonin kiusaus”, la tentación de Janson en español, con capas de patata, anchoa, cebolla y nata. 

Pata de cordero asada. | LNE

 Samu Fuentes, director de cine de Noreña, se junta con unos amigos, “este año con seis y punto”. Hacen “langostinos al horno y un poco de sopa de marisco”. Después llegan unas deliciosas carrilleras “al vino de toro”, que no al oporto, hablan de cine español, y unos fritos de merluza. El postre de alguna confitería.

El empresario venezolano Alain Díaz, asentado en Noreña, piensa en su país para la cena del día 24. “Solemos hacer hallacas”, explica. Un plato de allí, de la parte media baja de Sudamérica. Se juntan en una masa de harina de doble capa sabores potentes, como el cerdo, la gallina, las alcaparras o el pimiento. De primeras pensaba que iba a ser un sabor “muy fuerte”, pero acabó haciéndolas en comidas primaverales. 

Borja Alcázar, del restaurante Abrelatas, de Pola de Siero, Sirve langostinos cocidos, sopa de marisco y “normalmente” cochinillo al horno o cordero guisado. ”De beber a mi gústame mucho la sidra achampanada desde guaje”. Tiene hasta una anécdota sobre esto. “Solo me dejaban beber algo con alcohol en Navidad. Entonces me echaban media copa de sidra achampanada, normalmente Pomar, que iba a comprar mi güelu directamente a la fábrica, pero también me gusta mucho El Gaitero, entonces para que me durase más, bebía un poco, lo en la boca y volvía a echarlo en la copa, hasta que se daban cuenta mi madre y mi padre y me reñían por hacer gochadas en la mesa”.

José Ramón González García es el presidente de la Sociedad Recreativa La Boya, una conocida peña gastronómica gijonesa que data de 1966. Como este año el marisco está por las nubes y “la cosa no está para muchas juergas” el menú navideño de González García se compondrá de los siguientes elementos. Para empezar, varios patés de diferentes sabores. A saber, de oricio, anchoa y mejillón. Posteriormente, andaricas y de segundos huevos fritos con chorizo y patatas de aldea. No faltará el turrón, aunque en tarta y de postre. Para beber, vino de reserva, probablemente un Marqués de Cáceres y una copita de champán Mumm.

Mercedes Ben Salahh es una popular cantante gijonesa que este año ha sacado un recopilatorio titulado “Alma y Esencia” en conmemoración a sus 20 años de carrera musical. Además regenta un negocio hostelero y es madre, por lo que todavía no ha tenido tiempo suficiente para cerrar el menú. Lo que sí sabe es que la Nochebuena la pasará en familia en una casa rural en Piloña. A la mesa pondrá sopa marisco, langostinos, cordero al horno. Eso sí, nada de pescado por las espinas y los niños. De postre, turrón y polvorones. Todo ello regado con champán.

Marizza Faria juega de central en el Liberbank Gijón de Balonmano. La paraguaya es una jugadora experimentada, con 37 años. Este año no regresará a casa con su familia y pasará las fiestas en Gijón junto a su hijo y su marido. No faltarán las videollamadas a su país natal para estar en contacto con sus seres queridos. La cena de Nochebuena tendrá sabor paraguayo. Ello quiere decir que pondrá mucha carne, seguramente costilla de ternera y de cerdo, pollo y variedad de ensaladas. En su menú no faltará la sopa paraguaya, un plato tradicional de su país a base de harina de maíz, leche, queso y mantequilla.

Reportaje elaborado con información de Tania CASCUDO, Sara ARIAS, Andrés ILLESCAS, Paula FERNÁNDEZ, Félix VALLINA, Pablo PALOMO y Julio VIVAS.

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