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Asturias, ante sus fiestas de Carnaval

Para echarle gusto al Antroxu

Contundentes sabores de siempre para la atípica fiesta de este año

Frixuelos

Atípico como todo en estos tiempos es el Carnaval de 2021. Si el del año pasado se salvó por los pelos de la pandemia, el de este no ha podido ser. Toca estar en casa o lo menos posible por la calle y evitar masificaciones y grupos grandes. Así las cosas, el Antroxu –el próximo día 16 es el Martes de Carnaval– debe reinventarse, aunque los hay que no han renunciado a ponerse la careta y el disfraz, aunque sea para hacer una fotografía casera o participar en los desfiles y concursos a través de internet que se han organizado en las principales ciudades y muchas localidades de Asturias. Con todo, hay una cosa a la que el coronavirus no puede obligar a renunciar: la rica y contundente comida típica de Antroxu. En casa o en el restaurante (aquellos sitios con la hostelería limitada a terrazas están de suerte, pues la meteorología parece que será benévola este fin de semana) son días para disfrutar del típico pote de Carnaval (de berzas, con su sabroso compango), el picadillo, los frixuelos... Hay unos platos generales y compartidos en todo el Principado, si bien cada territorio de Asturias le da su toque especial o tiene recetas particulares. Ahí van unas cuantas ideas para dar un mordisco al Antroxu asturiano.

Gijón se pone dulce: frixuelos, teresitas, picatostes y casadielles

Pablo ANTUÑA

“Un plato principal bien contundente, como el pote, con su grasa, para forrar bien, y luego mucho dulce detrás, arroz con leche, frixuelos, casadielles, teresitas. Eso nunca puede faltar en el Antroxu”. Manolo Iglesias es componente de la Sociedad Gastronómica “La Boya” de Gijón. Lamenta que, estos días en los que cumplen 65 años, no se puedan reunir para degustar uno de los menús que más le entusiasma. “Es una combinación ideal, que entra de cine con una botellina de sidra, que para algo estamos en Asturias”, relata Iglesias, al que acompañan Minervino García y Alfonso Palacio, mientras en los fogones de su local prepara pote asturiano y picadillo de matanza de parte salada, que sirven para abrir boca antes de ponerle el punto más goloso con casadielles y teresitas. “La clave de un buen pote es la materia prima, con un buen chorizo y una deliciosa morcilla, y saber prepararlo bien”, explica. Aunque reconoce que el frixuelo y les picatostes son los postre por excelencia de estas fechas, ensalza el papel de las teresitas de sartén. “Es una maravilla, la crema pastelera y el envoltorio de hojaldre le dan un toque especial”, cuenta antes de dejar claro que el Antroxu tiene un sabor único: “Es una fiesta de claro sabor dulce. Te pones las botas”.

De izquierda a derecha Alfonso Palacio, Manolo Iglesias y Minervino García, en Gijón. Marcos León

Callos un poco picantinos para el menú soñado en Avilés

Inés MONTES

Los avilesinos no podrán degustar este año el menú del Antroxu fuera de sus casas, pues los establecimientos hosteleros llevan días cerrados a cal y canto. Evocar el Carnaval del año pasado cuando el coronavirus no estaba instalado en el vocabulario popular es lo único que por ahora les queda a los hosteleros como a Manuel Tiscar, cocinero y propietario de L’Alfarería. “Durante el Antroxu siempre tenemos callos al estilo asturiano, un poco picantinos y no demasiado picados. Tampoco falta el típico pote asturiano con costilla salada. Para el postre no pueden faltar las casadielles y los frixuelos”.

Los avilesinos capean el temporal. “Durante el primer estado de alarma, el coronavirus parecía un mal sueño, pero ahora es una pesadilla. Es parecido a la guerra que no vivimos. En Asturias estábamos un poco ajenos, los primeros meses nos fue bien, pero desde diciembre todos conocemos a alguien infectado o fallecido”. Manuel Tiscar quiere mantener alta la moral y posa para la foto salando un pote soñado. Además, está feliz porque acaba de ser abuelo.

Manuel Tíscar, echando sal a un pote "soñado" de Antroxu en Avilés. Ricardo Solís

De la tortilla salona al plato con cuchara en Pola de Siero

Andrés ILLESCAS

Para Borja Alcázar, chef en su propio restaurante de Pola de Siero, el menú de Carnaval llama a cuchara, a verdura flotando en un caldo rico mezclado con alguna legumbre. Este año apuesta por el pote asturiano más tradicional, pero reconoce que “el que se hace con castañas mayucas es muy típico de la época en Sariego”, donde nació él. Allí recuerda comidas mucho más sencillas de elaborar.

“Lo más habitual era freír unos huevos con picadillo, poner algo de queso y detrás, fayuelos”, abunda. Esto último, lo de las tortitas dulces asturianas, es para él “lo más típico del Antroxu”.

Este año, le tocará servir desde su restaurante, limitado solo para pedidos a domicilio. El cocido de berzas con patatas será su apuesta, mientras otros establecimientos polesos incluyen también tortillas salonas, hechas a base de sardinas, “algo muy propio de la época, especialmente de Les Comadres”. Esta festividad fue este mismo jueves. Con gran arraigo en la Pola, una de sus señas de identidad es el bollo con chorizo, que no falta para la merienda cena.

Borja Alcázar, cocinero de Pola de Siero, ante su pote. / Andrés Illescas

Oviedo: buen pote con compango que caldea las terraza

Lucas BLANCO

A falta de máscaras y disfraces, Oviedo disfrutará del Carnaval con buena gastronomía. Los establecimientos hosteleros de la ciudad aprovecharán entre los días 16 y 21 de febrero para despachar en sus terrazas y a domicilio un suculento menú a base de pote asturiano, platos de matanza, los frixuelos y el arroz con leche como grandes reclamos para el postre.

Si bien las restricciones sanitarias impiden disfrutar bien de la fiesta, los establecimientos ven en este menú un excelente reclamo para capear la crisis. “Después del Desarme es la fiesta gastronómica con la que solemos tener una mayor afluencia”, dice Alfonso Menéndez, de la sidrería La Manzana, que lleva siete años deleitando a sus clientes con estos manjares desde la calle Gascona. Menéndez subraya la creciente demanda por un menú cuyo principal reclamo trae aires de la comarca occidental asturiana. “Somos de Cangas del Narcea y nuestro fuerte son los huesos de butiello, costilla y espinazo de cerdo adobado que todos los años triunfa”, apunta mientras su jefe de cocina, Belarmino Arbesú, termina de rematar unos frixuelos.

El pote, con tocino, chorizo y morcilla, es la baza de la hostelería ovetense para combatir el frío en las terrazas, mientras que la cabeza de cerdo, el chosco, el picadillo y el lacón completan una oferta tan contundente como sabrosa. “Los productos asturianos, los conocidos como alimentos del paraíso, están al alza”, sostiene Menéndez.

Belarmino Arbesú rematando unos frixuelos en Oviedo. /

Belarmino Arbesú rematando unos frixuelos en Oviedo. / Irma Collín

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