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La moda por lo saludable asalta las fruterías asturianas y crece la tendencia de regalar cestas de fruta y verduras

Un obsequio sano, sabroso y vistoso que triunfa en Asturias con opciones para todas las edades: desde la clásica manzana para el consumidor de más edad a la exótica pitaya o el desconocido nashi que cautiva a los jóvenes

Cesta de frutas.

Salir a por un regalo para alguien y comprarlo en la frutería en vez de en el centro comercial es tendencia. ¿Por qué? Porque las cestas de frutas son un detalle al alza en Asturias: sano, sabroso, vistoso, diferente y adaptable a todas las edades. Triunfan como obsequios para la gente más bien de mediana edad o mayor, aunque entre la juventud comienzan a abrirse camino y muchos niños y adolescentes han tenido esta reciente Pascua un vistoso y colorido cesto con fruta de todo tipo en vez del dulce bollo.

La cesta que recibió una ahijada, en Pascua, de sus padrinos.

Al éxito frutero ayuda la moda de lo saludable. “Desde luego viene una generación de gente joven con muchas ganas de comer sano y comer bien. Y eso es un gusto”, afirma Sol Meana, que regenta la frutería Sol en la plaza de La Felguera y es famosa por tener mano para hacer cestas de fruta (también trabaja con verduras) para regalar. Empezó a ver a su madre hacerlas en su negocio de Nava, hace más de 30 años, y ella le siguió la senda.  

En Pravia, Begoña Arango pierde la cuenta de los encargos de cestas de frutas que recibe al mes. Es toda una especialista autodidacta y tiene sus propias normas: ella pone el recipiente (mimbre, madera) y en su caso no le gusta mezclar con otros productos o diversificar con verdura. “Cuando abrí venía gente a por fruta para regalar y entonces yo se la preparaba un poco curiosa. Así empecé con las cestas y hasta hoy. Pero ahora se han disparado los encargos, más del doble”. 

Cesta de Begoña Arango: en el centro, la pitaya.

Tanto la praviana como Sol Meana coinciden en que el contenido depende del destinatario: para gente mayor, más bien vale asegurar con los clásicos plátanos, pera, manzana; si es para jóvenes, se puede arriesgar y echar mano de las muchas y nuevas frutas que llenan de unos años para acá los mostradores asturianos: el mango, la piña, los arándanos, la chirimoya, el nashi, el aguacate o el phisalis pueden ser buenas opciones. Norma indispensable: que lo elegido esté en su punto óptimo y de temporada. En cuanto a precios, hay de todo. “A partir de 20 euros hay una buena cesta. Y yo tengo el límite en 45 euros. Es lo más caro, porque más peso es muy difícil de gestionar”, apunta Begoña Arango.

Esta recibe muchos encargos para embarazadas. Sol Meana ha tenido muchos para obsequios de empresa, para personas que pasaron por alguna convalecencia, hasta para sustituir a los bollos de Pascua. El último fue para una mujer que cumplía 80 años: “Me lo hizo la hija. Les había dicho que no quería flores y como tenía diabetes tampoco quería llevarle dulces, así que encargó un ramo de frutas”.

Cestas de frutas.

Hay opciones seguras, como las manzanas de la mejor clase, “esas que normalmente no te llevas para el consumo diario”, y que siempre son un éxito, señalan las fruteras. Y si se trata de asombrar se puede recurrir a la citada pitaya o fruta del dragón o los plátanos rojos, por poner un ejemplo, aunque Sol Meana asegura que tiene que tener la certeza de que será para alguien que lo quiere porque “son frutas que van a encarecer la cesta y que no son fáciles de que gusten a todo el mundo. Es más riesgo”. De hecho, solo una pieza de pitaya se está vendiendo estos días a 6 euros, y el plátano rojo puede rondar los 16 euros kilo. A Meana le gusta combinar. “Ahora he empezado a meter cestas de fruta con algunos productos de conservas de selección, y en Navidad también con polvorones”, cuenta.

Begoña Arango, con arándanos.

Otra ventaja es que son regalos que el destinatario puede compartir en pareja, en familia o con amigos. Y que la variedad está asegurada todo año. Aunque la temporada dorada de las fruterías arranca ahora –por ejemplo, comienzan a llegar los frutos rojos–. Aguardan todos unos meses de sabor, color y vistosidad. Y todo cabe en una cesta.

"Es original y chulo", dicen dos ahijadas que recibieron una cesta como bollo de Pascua


“Me encanta, no solo por la fruta, buena y de calidad, sino también por la presentación”, señala Lidia Cabañas, con 15 años toda una fan de de las cestas, que ella recibió como “bollo” de Pascua de su madrina. “Muy original y sin duda ‘healthy’”, opina. Celia Fernández, 15 años también, le ve utilidad al “bollo” de Pascua convertido en cesta, que en su caso recibió del padrino: “Fruta siempre se come. Y la presentación se cuida mucho, viene todo colocado bien para que no se machaque. Es original y chulo”.

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