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José María Martínez Presidente de la DOP Vino de Cangas

“Habrá más bodegas, viñedos y viticultores; el futuro promete”

“Se están haciendo muy buenos tintos; pero estrellas son todas las variedades, autóctonas, con una identidad muy marcada”

José María Martínez, entre viñedos, en Cangas del Narcea. / Demelsa Álvarez

El viticultor cangués José María Martínez (Cangas del Narcea, 1980) seguirá cuatro años más en el cargo de presidente de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Vino de Cangas. En el pasado mandato fue elegido como vicepresidente, pero en julio de 2019 tuvo que asumir la presidencia tras la renuncia al cargo de la bodeguera Beatriz Pérez. El pleno del Consejo Regulador que preside cuenta con 10 personas, cinco vinculados a las bodegas y otros tantos viticultores, y destaca que en él hay una representación más amplia de los concejos integrados en la DOP y también juventud. Su objetivo es seguir trabajando en la promoción y defensa del vino DOP y poder seguir creciendo.

–¿Cómo afronta cuatro años más en la presidencia de la DOP?

–Tanto yo como el nuevo pleno del Consejo Regulador los afrontamos con mucha ilusión y muchas ganas de seguir trabajando en el control y defensa de la marca, para que cada día más el consumidor siga reconociendo la contraetiqueta de nuestros vinos, que es la que certifica tanto la calidad como la garantía de origen. También seguiremos trabajando en promoción y en proyectos de investigación, tanto en el que ya estamos inmersos de caracterización de las variedades de uva y de la madera de roble de la comarca de Fuentes del Narcea para hacer barricas, como emprender otros que puedan surgir. De hecho, fruto del proyecto de investigación que tenemos, estamos organizando un curso de extensión universitaria sobre el vino DOP Cangas, su historia, su cultura y ciencia.

–¿Cómo analizan la situación actual de la DOP?

–Se espera un crecimiento del sector a nivel de bodegas, de viñedo y de viticultores y la DOP va a seguir trabajando en la línea de fomentar ese incremento. Las perspectivas de futuro tanto a corto, como a largo plazo son muy prometedoras. Años atrás parecía impensable que fuéramos a llegar a donde estamos y al final esto demuestra que se está trabajando de forma adecuada y que el recorrido a futuro es muy positivo. La propia Junta de la DOP demuestra este desarrollo, ahora hay representados más municipios que nunca, están Cangas del Narcea, Ibias, Tineo y Pesoz.

–¿Hay interés por iniciar nuevas plantaciones?

–La situación con el covid generó incertidumbre en todos los aspectos, así que se está a la espera. El filón está claro, porque hay más demanda de vino del que se produce, pero ahora mismo la situación es incierta y hasta que no avance la vacunación y se estabilice todo, a la gente le cuesta tomar la decisión de invertir. Pero está claro que el potencial está ahí, la necesidad de materia prima es una realidad y las oportunidades que se están creando puede aprovecharlas cualquier operador que quiera venir a instalarse aquí y formar parte de la Denominación de Origen.

–En las últimas plantaciones se apostó mucho por la variedad albarín blanco, ¿se considera la estrella?

–Se plantó mucho albarín blanco porque hay mucha demanda de vino blanco y era de lo que menos había plantado. Pero se están haciendo muy buenos tintos y creo que estrellas son todas las variedades, porque son autóctonas, propias de la zona y en el mundo del vino tienen una identidad muy marcada. Las variedades autóctonas te dan una identificación muy definida y nuestro clima y nuestros suelos hacen vinos de muchísima calidad y muy exclusivos.

–Una de las partes que estudia el grupo de investigación del que forman parte es la caracterización de las variedades. ¿Por qué es importante crear esa “huella dactilar”?

–Es importante porque creas un DNI de cada variedad, con unos datos de perfil de cada una. En cualquier momento del proceso de un vino se puede contrastar con esa huella, que nos puede definir variedad, añada y origen. Además, la Denominación de Origen Cangas firmó un convenio de colaboración con la Estación Enológica de Haro, donde mediante resonancia magnética nuclear se identificarán los compuestos diferenciadores de cada vino. En esta estación enológica se analizan vinos de todo el mundo y los de la Denominación formarán parte de su base de datos de nivel mundial.

–¿Qué puede suponer la parte que investiga la madera de roble autóctono?

–Si a los vinos de calidad que se están haciendo les implementamos la madera autóctona conseguimos un valor añadido más para un producto que ya es exclusivo y apreciado en el mercado. Aún estamos muy al inicio y recogiendo datos, pero las perspectivas son muy positivas.

–¿Habrá nueva edición del concurso Atlantic?

–Estamos trabajando en una segunda edición para este año, para acabar de consolidarlo. Aunque los comienzos nunca son fáciles, el primer año fue un éxito rotundo tanto a nivel de participación como de calidad y cantidad de vinos y en el panel de cata. Es un evento referente a nivel internacional e importante para promocionar la zona, ya que atrae tanto a público como a prensa especializada y a alta restauración.

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