En Asturias hay motivos suficientes para disfrutar de la tierrina los dos doce meses del año. Tal es así que, en cualquier momento, se pueden degustar platos muy nuestros, elaborados con recetas familiares pasadas de abuelas a madres e hijas y cocinadas con mimo y con sobrada experiencia en sus fogones.
Tal es el caso del bar Quevedo en Xagó (Gozón), donde quien manda en la cocina es Geli García Heres, “gozoniega de pura cepa”, como ella misma se define. Además, su madre Virginia Heres, aunque hace años que está retirada y que es quien le transmitió buena parte de sus saberes y secretos como guisandera de toda la vida, de vez en cuando se pasa a asesorar y charlar con sus clientes de siempre.
Virginia es la "conocedora" y transmisora de esos ingredientes singulares que hacen que desde hace años sea también su hija, Geli, la que cocina "unes llámpares" que se quedan para siempre en la memoria del paladar y de estómagos agradecidos. Les llámpares y la carne asada. Famosos son los bocadillos de carne que se preparan en este local.
El tándem se completa con José Manuel García, marido de Geli y padres ambos de Marián y Ana González García, quienes atienden en barra y en el comedor. “La idea de poner el bar fue de mi marido”, explica Geli. Y continúa: “ Nosotros vivimos en el pueblo, en Llodero. En el año 1981 empezamos a hacer sus cimientos. Este local lo hicimos entre toda la familia, lo levantamos con nuestras manos”, recuerda Geli, asomada a la terraza que dista apenas unos pocos eucaliptos de la preciosa y amplia playa de Xagó.
Aunque este chigre lo conoce mucha gente en verano, no tantos saben que, aunque el resto del año cierra de lunes a viernes, abre sábados y domingos, de ahí que sea un lujo poder comer en invierno algunas de sus especialidades en la zona del comedor, decorado con gusto por Marián aunque también hay quienes prefieren hacerlo en el chigre e inclusive en la terraza, que es amplia y cuenta con una zona atechada.
Entre sus elaboraciones estrella están sus llampares, la carne asada y los callos. Además de entrantes variados como las croquetas caseras, chorizos a la sidra o tablas de embutidos o de jamón y queso. Cuentan con cinco tipos de ensaladas, además de parrochas, calamares, chipirones, zamburiñas (con honrada explicación diferencial entre zamburiñas y volandeiras), por citar algunos platos.
Hay más: su famoso rollo de bonito y bonito a la plancha (en temporada), cachopo tradicional, el platu de aldea (con huevos y chorizo de casa), pollo guisado, chuleta casera, escalopines al cabrales o su pack de hamburguesas. Importante destacar que las carnes de ternera son también de producción propia pues cuentan con una pequeña ganadería de asturiana de los valles. En su carta hay también platos veganos y vegetarianos, y disponen de pan para celiacos.
En postres no hay que irse sin probar la tarta de zanahoria, la de frixuelos o la de chocolate y naranja. No se quedan atrás la de queso, la de la abuela, el flan casero o la tartaleta de frutas.
Y después de comer, si apetece echar una partidina al tute o al parchís porque fuera “está desapacible”, para eso está el chigre. ¡Qué mejor lugar..! Y si luce el sol, pues nada mejor que un paseo por la playa donde además, también en estas fechas, se puede lleva el perrín. Conviene llamar y reservar en el 985 54 09 69.
Recordar que, a excepción de toda la temporada de verano, en que suelen abrir todos los días a partir de mediados de junio, el resto del año sólo abren sábados y domingos, además de los días concretos de Semana Santa.