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Un camino entre pucheros

El domingo toca pote en Villayón

La hostelera Mirta Rodríguez, al frente del hotel restaurante El Torneiro, singulariza el popular plato asturiano con los toques propios de la cocina del Occidente

Mirta Rodríguez, a la entrada de su local en Villayón. | Ana Paz Paredes

Piedra, agua y pizarra definen el perfil de Villayón, un concejo del occidente asturiano que, poco a poco, se va convirtiendo en destino imprescindible para los que quieren disfrutar de paisajes singulares y, al mismo tiempo, de una gastronomía astur rica, propia, muy identificada con las tradiciones y al mismo tiempo con los productos que se generan en la zona. Todo ello lo sabe muy bien una profesional de la hostelería y de los pucheros, Mirta Rodríguez López, una emprendedora rural que hace quince años abrió las puertas de su hotel restaurante El Torneiro y que, a día de hoy, cuenta ya con una clientela fiel e inquebrantable.

Mirta Rodríguez, a la entrada de su establecimiento. Ana Paz Paredes

“Esto era la casa en la que vivían los abuelos de Santi, mi marido. El abuelo era torneiro y por eso cuando cogimos la casa y la rehabilitamos como hotel y restaurante, decidimos mantener el nombre en homenaje a ellos”, explica esta hostelera para quien no existen fronteras a la hora de dar a conocer sus platos, fuera de su concejo.

Zona de barra en el restaurante. Ana Paz Paredes

De ello dan muestra los diplomas obtenidos en diferentes ediciones de concursos de pote y de cachopo en Asturias, donde ha sido varias veces finalista. “Este año quedamos los terceros con un cachopo para celiacos”, explica con orgullo esta mujer tras la barra de su establecimiento, un local decorado con gusto y con querencia, donde las raíces de la tierra se hacen presentes en todo momento en la decoración.

Detalle en uno de los rincones del comedor de El Torneiro. Ana Paz Paredes

Pote de nabizas con su compango. | Ana Paz Paredes

Tienen un menú diario y otro de fin de semana más especial. En este último entre los platos con más demanda está el pote de nabizas, que siempre lo hay el domingo. “Lo cocino al estilo de Boal, que es donde yo nací. En vez de berza lleva nabizas (hojas de nabo) y en compango, además de chorizo, panceta y morcilla, también añado morro, lacón, huesos salados de espinazo y oreja. El morro y la oreja lo hace más espesito, más gelatinoso”, explica. Otros platos con mucha demanda son el repollo relleno, carrilleras de ternera, lacón al horno, ternera asada, caldereta de cabrito o cordero guisado.

Mesas en la zona del comedor. Ana Paz Paredes

Carrilleras de ternera con patatas caseras. | Ana Paz Paredes

“La ternera procede de nuestra ganadería. También estamos criando bueyes y el próximo año empezaremos a comercializar nuestra carne”, recuerda ella. Entre los postres, a destacar el arroz con leche, la tarta de la abuela y la de piña.

Arroz con leche con su toque de canela. Ana Paz Paredes

Es necesario reservar siempre para comer en el 985625275, dado que el comedor tiene espacio para unos cuarenta comensales. No dan cenas excepto para los alojados en el hotel.

Antes o después de comer

Las cascadas de Oneta 

Cascada de Oneta.

Son de visita obligada. Estos días, después del agua caída, están seguro en su máximo esplendor. La visita a la Firbia es la más sencilla. La segunda es de difícil acceso y, la tercera, prácticamente inaccesible. 

El pozo Mouro  

El pozo Mouro.

Es otro de los lugares con encanto del concejo; una lástima que en los últimos años el estado de deterioro del molino sea notable. Esta poza se encuentra dentro de una ruta que atraviesa la zona. 

La Cueva del Pímpano 

La Cueva del Pímpano.

Es otro lugar de Villayón con mucha magia donde también manda la piedra, el agua y el verde del bosque. A destacar también el molino rehabilitado por los vecinos, que está al inicio de la subida a la cueva. 

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