No puede faltar en la maleta un libro, o varios, cuando se emprende un viaje o una excursión por corta que esta sea o el destino sea un lugar conocido. Siempre hay algo que descubrir y casi todo está en los libros. No solo las guías son imprescindibles. Ensayos, literatura, biografías incluso pueden ser útiles para descubrir cualquier detalle.
Aquí va uno: “En Asturias me vi inmediatamente impresionado por algo áspero, primitivo y al mismo tiempo de una gran nobleza. Un pequeño edificio omnipresente que se llama hórreo”. Es lo que le sugirieron al escritor francés Jean-Christophe Rufin las construcciones típicas del Principado, esas con las que los asturianos se tropiezan a diario, pasan al lado y ni siquiera reparan en ellas. Mucho menos se fijan en su “gran nobleza”.
Sí lo hizo Rufin y lo dejó recogido en “El Camino inmortal” (Duomo Nefelibata, 2013), su experiencia en la ruta xacobea, para la que eligió la vía del Norte y el trazado primitivo. Por tanto, pasó por el gran desconocido (para la mayoría) suroccidente asturiano. “Nunca el mundo me había parecido tan hermoso”, dejó escrito al cruzar el Puerto del Palo, entre Allande y Grandas de Salime, a 1.146 metros de altitud. Con su libro llegan muchos peregrinos bajo el brazo a los albergues de Asturias, ansiosos de encontrarse con los personajes de los que habla Rufin, seguir sus huellas, pisar por donde él pisó y descubrir cada uno de los detalles de los que da cuenta en su bitácora.
Es lo que le ha ocurrido a Ana R. Cañil, pero no solo para hacer el Camino de Santiago en su tramo asturiano, sino para recorrer toda España. La periodista y escritora acaba de publicar “Los amantes extranjeros” (Espasa), un libro que “nació del deseo de mantener vivo el asombro ante la belleza”. Ese asombro del que habla Cañil es el de los “escritores guiris” que recorrieron España desde finales del siglo XVIII y dejaron recogidas sus impresiones en decenas de bitácoras de viajes, ensayos, cuadernos y novelas que han inspirado ahora el viaje de la autora ya bien entrado el siglo XXI.
“Observar la mirada extranjera de hace dos siglos –pobre país– y la de hace 20 años supone un soplo de autoestima para el español de hoy”, dice en el prólogo la autora, algo crítica y militante contra los estereotipos negativos –todavía alguno vigente– que célebres plumas como los “impertinentes británicos” George Borrow o Richard Ford contribuyeron a difundir a principios del XIX.
Entre los 11 capítulos en los que se viaja por media España (la Maragatería, la Alhambra, Sevilla, Guadarrama, Vigo, Madrid o Barcelona) no falta la parada en Asturias. El Camino Primitivo se recorre de la mano del citado Rufin y de la escritora americana Edith Warton, quien también protagoniza el dedicado al Prerrománico, concretamente a Santa María Del Naranco y San Miguel de Lillo. En este último caso, también sigue Ana R. Cañil los pasos del neerlandés Cees Nooteboom. Del escritor e hispanista recoge una frase que este dijo ante Santa María del Naranco y que es toda una invitación a dejarse caer por el Norte: “¡Qué desatino que la mayoría de la gente no vaya más allá del horno de la costa española!”. Hay que tomar nota.
Con el verano a la vuelta de la esquina son muchos los libros publicados que invitan a viajar, dan ideas... O también al revés, libros que hay que buscar para iniciar el viaje. Para esos que se llevan la casa a cuestas, los autocaravanistas, una práctica al alza y que tras la pandemia se ha puesto de moda, Anaya Touring acaba de publicar “Las mejores rutas en autocaravana por los Alpes”, con datos prácticos y también de historia y cultura de los bonitos pueblos de la más famosa cadena montañosa de Europa.
Si se opta por el senderismo, no menos de moda que viajar en caravana, otra sugerencia de Anaya: “101 lugares de los Pirineos sorprendentes”. Con pequeños textos y bonitas fotos, el formato con el que presenta cada rincón es muy práctico para dar el primer paso y básico de todo viaje: elegir el destino.
