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Un camino entre pucheros

Comer en la tierra de la ablana

Sus callos, junto con las cebollas y repollo rellenos y los tortos con picadillo son algunos de los platos que más gustan a los clientes del restaurante Atalaya en Torín (Piloña)

Marisol Remis, en el exterior de su restaurante. Ana Paz Paredes

Callos, cebollas rellenas, rabo de toro al vino tinto o los tortos con picadillo son algunos de los platos que más gustan a la clientela que, cada fin de semana, sube hasta el pueblo de Torín, en Piloña, donde en 2011 Marisol Remis decidió darle una vuelta de tuerca al hogar de sus padres para convertirlo en un precioso y acogedor restaurante, de nombre Atalaya, que le va al pelo por el lugar donde abre sus puertas, dejando que el paisaje inunde el comedor a través de las ventanas.

Hasta allí se llega por una carreterina estrecha de apenas un kilómetro, aunque sin complicaciones, que sube desde Villamayor, desde donde está bien señalizado el restaurante, de fachada de un azul intenso y que está decorado, en su interior, con calidez, con querencia por la tierra y con buen gusto. Cuando llega el frío, Marisol enciende la chimenea y el ambiente aún se vuelve más relajante a la espera de los platos que salen de la cocina, elaborados por sus sabias manos.

Repollo relleno de carne, una de sus especialidades. Ana Paz Paredes

Un pequeño parque infantil, en su jardín, invita a los más pequeños a disfrutar de los columpios. Pegado al restaurante también abre sus puertas la casa rural Casa Remis.

Cocina tradicional, como la propia Marisol Remis explica, pero sin duda también con su toque personal, logrando un equilibrio que satisface a quien se acerca hasta la Atalaya a disfrutar con alguna de sus especialidades. Y es que, además de las ya citadas, ya cuenta en su carta con su famoso repollo relleno de carne que, como ella misma matiza, también prepara por encargo.

Marisol Remis, sentada a una de las mesas en el comedor de su restaurante, Atalaya, en Torín (Piloña) Ana Paz Paredes

En su carta, pues no ofrece menú, triunfan su variado de croquetas de jamón, picadillo, oricios y cabrales; los callos con patatas, la sopa de marisco, la ternera asada al más puro estilo tradicional, el hígado de ternera, los calamares frescos en su tinta y el pastel de cabracho. También tiene buena mano para los postres, todos caseros, entre los que destacan su tarta de ablana (avellana); la de manzana y la de frambuesa, por citar algunas, pues las va cambiando, además de su arroz con leche. Tiene también muy buena mano para las empanadas, que la suele ofrecer los domingos.

La sidra no falta acompañando a los callos y a las patatas caseras. Ana Paz Paredes

Con una capacidad para unos 30 comensales, abre de viernes a domingo, así como los días festivos, ofreciendo tanto comidas como cenas. Cuenta con pequeño aparcamiento junto al local. Imprescindible llamar y reservar en el 661549149.

Marisol Remis en otro rincón en el exterior de su establecimiento, el restaurante Atalaya, en Torín (Piloña) Ana Paz Paredes

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