El "Messi" de la cerveza se inspira en Asturias

El argentino Ricardo "Semilla" Aftyka, con varios proyectos en la región, logra el oro en el mundial cervecero con su "sour" Ábrete Sésamo: "A la quinta llegó la copa, lo máximo; nos hace referencia del estilo"

Ricardo Aftyka, sirviendo una cerveza; arriba, la ganadora de la World Beer Cup, Ábrete Sésamo. | |   IRMA COLLÍN

Ricardo Aftyka, sirviendo una cerveza; arriba, la ganadora de la World Beer Cup, Ábrete Sésamo. | | IRMA COLLÍN / Mariola Riera La Manjoya (Oviedo)

Mariola Riera

Mariola Riera

La Manjoya (Oviedo)

Acaba de lograr Ricardo "Semilla" Aftyka la medalla número 160 para su cervecera Juguetes Perdidos, una compañía fundada en Buenos Aires (Argentina) en 2015 que atesora en su haber hasta ocho premios a la mejor elaboradora en certámenes alrededor de todo el mundo: Japón, Bélgica, México, Reino Unido, España… Todo esto convierte a Juguetes Perdidos en la cervecería más premiada de Latinoamérica. Pero el maestro cervecero asegura rotundo: "Cambio todos los reconocimientos por este último que acabamos de ganar".

Ricardo Aftyka, brindando con cerveza.

Ricardo Aftyka, brindando con cerveza. / IRMA COLLIN

Se refiere Aftyka a la medalla de oro en la World Beer Cup, algo así como las Olimpiadas de la cerveza. El campeonato mundial tuvo lugar semanas atrás en Nashville (EE UU) y en el mismo participaron más de 50 países con 2.376 cervecerías que presentaron alrededor de 10.200 etiquetas. El oro es el primero de la historia para el sector cervecero artesanal argentino. "Es muy importante para nosotros. Es lo máximo. Se puede comparar con lo que le sucedía a mi compatriota Messi, lo había ganado todo, pero no el Mundial. Y al final llegó. En nuestro caso también a la quinta copa mundial fue la vencida", destaca el elaborador, socio en Juguetes con Sergio Picciani y Rodrigo Loran.

Se podría decir que Asturias se puede arrogar cierto "mérito" en esta valiosa medalla, ya que Ricardo Aftyka lleva unos tres años afincado en la región por motivos personales y profesionales. Está casado con la también maestra cervecera gijonesa Blanca Fresno, fundadora de Dúa Sparkling Beer, firma de la que el argentino es asesor técnico, una labor que también ejerce para Santa Cerveza, otra creación de su mujer, en este caso, con la compañía Aguas de Fuensanta.

Una sour de fermentación espontánea

La medalla de oro en la World Beer Cup se la colgó Ábrete Sésamo, una cerveza tipo sour, de fermentación espontánea (wild ale), proceso en el que no se agregan levaduras. Para lograr esa medalla de oro la cerveza tuvo que pasar una exigente criba en la que llegó a la final junto a 12 etiquetas, todas aspirantes a los tres únicos premios. "Se suele decir de la copa del mundo que es muy probable que muy buenas cervezas queden eliminadas, porque son muchísimas a competir, con muchos filtros y siempre hay gran margen de elección. Pero siempre las que ganan son la referencia para el mercado mundial en su estilo".

Juguetes Perdidos está centrada en la elaboración de cervezas "difíciles, con mucho alcohol e intensidad, añejas, criadas en barricas, como el buen vino", describe su mentor. "Elegimos maderas de diferentes tipos o que antes se hayan usado. En el caso de Ábrete Sésamo la bebida estuvo dos años acabando de desarrollarse en una barrica que había tenido antes vino blanco. Al final logramos darle un matiz a pera, melocotón… Es un producto muy similar al champán, de hecho va corchada".

Otras cervezas de Juguetes Perdidos

Otras cervezas de Juguetes Perdidos / IRMA COLLIN

No es fácil situarse a la cabeza del ranking en Argentina, país que copa el 6% del mercado mundial de cerveza artesana, un sector con un gran desarrollo. La Asociación Somos Cerveceros impulsada por el propio Aftyka –autor a su vez de "Pasión por la cerveza", primer libro sobre la materia de su país, publicado en 2018 por Penguin– tiene más de 50.000 miembros

Su afición, primero, y posterior dedicación profesional al mundo de la cerveza se debe en principio, dice, a la influencia de una familia con dos abuelas cocineras en cuyas casas se hacía vino, conservas, alimentos fermentados como el chucrut… Esto último, pura influencia europea, pues sus antepasados proceden de Italia, Polonia, Grecia y Ucrania. Con 19 años tuvo el primer contacto con las fábricas de cervezas en un viaje a la Patagonia y se puso a hacer la suya. Más tarde, en EE UU descubrió las cervezas de barrica y lo siguiente fue Juguetes Perdidos, compañía que en 2020 dio el salto al Viejo Continente en una especie, quizás, de cierre de círculo del viaje inverso que hicieron sus abuelos emigrantes hace más de un siglo.

Al igual que su mujer, Bélgica es el país que inspiran sus elaboraciones. "Tiene una larga tradición, con 1.400 cervezas distintas es el lugar del mundo con más variedad. Digamos que es el paraíso de los cerveceros. Me gusta su cuidado y respeto con la cerveza, es similar al del vino en Francia. Cada cerveza belga tiene su copa propia y cuidan de que ese conocimiento se transmita y cale en la gente joven".

Lo compara también el maestro argentino con el "ritual" en torno a la sidra en Asturias, donde le gusta ver a la gente mayor por chigres y sidrerías escanciando y cumpliendo todo el proceso para tomarse un culín. Precisamente en torno a la sidra, junto a Blanca Fresno, tiene muchos proyectos por desarrollar siempre vinculados a la cerveza. "Es un producto impresionante y creo que se puede hacer mucho con ella. Pero creo que la sidra está infravalorada, cuando es un producto de incalculable valor".

Juguetes Perdidos tiene un punto de producción en España, concretamente en Barcelona, y Ricardo Aftyka confía en que pronto pueda consumirse Ábrete Sésamo, esa cerveza campeona olímpica, en Asturias, la base de operaciones del maestro cervecero.

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