Las hierbas aromáticas suelen marcar la diferencia cuando cocinas en casa. Tomillo, romero, perejil, albahaca, cilantro, eneldo, menta... Estas plantas dan un olor y un sabor a los platos que los hacen mucho más apetecibles. Pero uno de los problemas que nos encontramos es su disponibilidad. Aquí te vamos a contar unos cuantos trucos de cocina que te ven a permitir sacar más rendimiento a estos productos. Porque, hasta ahora, o bien eres muy organizado y sabes con días de antelación qué plato vas a preparar o suele ocurrir que te falte ese ingrediente que necesitas justo cuando vas a ponerte manos a la obra.

Esto sucede muy especialmente con las hierbas aromáticas porque al ser plantas arrancadas de la tierra duran poco en el estado en el que las necesitas, es decir, verdes y con todas sus propiedades de olor y sabor. Uno de los ejemplos más claros es el del perejil.¿Cuántas veces el manojo de perejil que te llevaste a casa ha acabado a los pocos días en la basura? La respuesta suele ser que muchísimas.

Uno de los errores que se suele cometer es el de poner esas hierbas en agua intentando que prolonguen su vida como si aún estuvieran plantadas en la tierra. A los dos días como máximo el agua empieza a ensuciarse, las hojas pierden su color y en uno o dos días más comienza el proceso inevitable de putrefacción. Lo que pasa con el perejil pasa con el resto de estas hierbas tan utilizadas en la cocina. La solución para tener a tú disposición estas hieras frescas durante más tiempo está en la nevera.

Para conseguirlo hay que seguir estos seis sencillos pasos:

1. En primer lugar comprueba que las hojas que has comprado no tienen bichos,algo poco habitual en las que se compran en el supermercado pero que puede suceder.

2. Una vez que has comprobado que no tienen pulgones ni otro tipo de bicho, procede a quitarles el exceso de humedad con un papel húmedo. En el caso de que hayas encontrado algún tipo de insecto, mételas debajo del grifo y después las secas completamente con un paño, pero ten cuidado de no romperlas ni machacarlas.

3. Retira solo los tallos más largos y deja el resto para que así se conserven mejor.

4. Prepara un recipiente hermético, a ser posible de cristal, y pon en el fondo dos o tres capas de papel absorbente. La idea es evitar que la humedad acelere el proceso de putrefacción.

5. Ciérralo bien y colocaló en la parte media o alta de la nevera, donde se conservara perfectamente y durante varias semanas, siempre y cuando la hierba que hayas llevado a casa sea de calidad y fresca.

6. Cuando las necesites, coge solo la cantidad que vas a utilizar, retira el exceso de tierra o polvo que puedan tener y el resto de las hierbas las puedes guardar de nuevo.

Otra opción que tienes para dar un suso de más largo recorrido a tus hierbas es utilizarlas para preparar aceites o vinagres aromatizados. En este caso, las hierbas más recomendables para unirlas a un buen aceite de oliva virgen extra son el hinojo, el tomillo, la albahaca y el laurel, a los que puedes acompañar con ajo o con pimienta. Tan solo tienes que buscar un bote de cristal y echar la hierba que más te guste. En el caso del vinagre, se puede aromatizar con estragón, romero, menta o tomillo.