Casi todos hemos estado a dieta en algún momento, pero la falta de constancia, de fuerza de voluntad o de tiempo nos ha condenado a no adelgazar nada o recuperar los pocos kilos perdidos en un santiamén.

Olvídate de excusas, la dieta no te ha servido de nada y si has perdido algo es tiempo y dinero en productos adelgazantes (como ya te contamos aquí). A menudo se nos olvida que no todos podemos comer en las mismas cantidades y que la dieta un amigo (que milagrosamente perdió diez kilos en un mes) no puede ser la misma que la de la nuestra. En función de nuestra edad, estatura, la frecuencia e intensidad con la que realizamos deporte tenmos que establecer un plan nutricional personalizado. Conocer tu peso ideal y las calorías diarias recomendadas es un primer paso para comenzar. La pérdida de peso duradera no suele pasar de la noche a la mañana. Adelgazar unos kilos y no recuperarlos al poco tiempo es algo que implica tiempo, esfuerzo y trabajo duro, pero, especialmente, un cambio en tus hábitos y tu mentalidad.

Pero vamos al centro de la cuestión. Probablemente hayas cometido en tu dieta alguno de los cinco erroresque destaca en su cuenta de Instagram Miguel Girones arruinando así todos tus propósitos.

1. ¿Qué bebes?

¿Tienes en cuenta las calorías de las bebidas? El vino, la cerveza, el zumo o el refresco tienen calorías. Solo tienes que sumar lo que consumes hasta fin de mes. Un zumo de naranja equivale 45 minutos andando, dos copas de cava a 60 minutos andando y una caña a otros 45 minutos andando. El agua, eso sí, tiene cero calorías.2. ¿Cuántas horas duermes?

Como ya te contamos aquí, dormir es muy importante para no sumar kilos. Varias investigaciones han demostrado que dormir mal una noche hace que al día siguiente consumamos muchas más calorías, especialmente alimentos grasos y con altos niveles de azúcar, para conseguir un impulso de energía. Sentirnos agotados también influye en nuestro estado de ánimo: nos sentimos tristes, cansados y desanimados y esto afecta a nuestra fuerza de voluntad que se toma el día libre para dormitar por las esquinas. Dormir las horas suficientes y sentirnos llenos de energía impulsará la pérdida de peso y ayudará a que seamos capaces de no saltarnos la dieta.

3. ¿Comes por hambre o por emociones?

¿Comes realmente por hambre (con las tripas que te rugen) o es un hambre emocional? Si esto último es tu caso probablemente te identifique con alguna de estas categorías: Enfado, estrés, aburrimiento o cansancio. Es difícil engordar si somos capaces de escuchar a nuestro cuerpo. Antes de dar ese bocado piensa: ¿Por qué estoy comiendo ahora?. ¿Eres comedor o comedor emocional?

4. ¿Qué comes cuando no tienes tiempo?

Hay mil opciones: ensaladas, huevos duros, legumbres, encurtidos, fruta... Lo que sea antes de caer en la tentación de ese snak de chocolate que te llama desde la estantería de la tienda. No tengas miedo a la fruta, como te contamos aquí es posible adelgazar y quemar grasas comiendo fruta.

5. ¿Cuánto estrés tienes del 1 al 10?

Cuando estamos nerviosos y tensos nuestro cuerpo nos pide consumir más alimentos grasos y azucarados porque éstos activan las zonas de placer de nuestro cerebro y nos hacen sentir mejor. No sólo eso, el cortisol, una de nuestras hormonas del estrés, es uno de los culpables de que acumules grasas porque impulsa el aumento del peso alrededor de nuestra cintura. Hay prioridades. Si tu estrés es alto, la adopción de hábitos saludables nuevos va a ser más difícil. .