La fabada es el plato típico asturiano por antonomasia. Aunque en los fogones cada maestrillo tenga su librillo, hay ciertas prácticas en la elaboración que se salen de los cánones, se miren por donde se miren. Los elementos en el compango, la inclusión de verduras "random" y los tiempos de cocción suelen ser los causantes de una mala fabada. Aquí van algunos de los errores más recurrentes.

Dejar las fabas a remojo

Un compango y una faba de calidad son la mejor receta para conseguir una buena fabada. Pero más allá de la calidad, hay que tener en cuenta la variedad. Para empezar, la faba ha de ser de la granja asturiana. Seca o fresca. En caso de elegir la primera, que es la que con más facilidad se encuentra en supermercados, es recomendable ponerlas a remojo la noche antes.

El compango, fundamental

El ingrediente más importante del compango es la morcilla. Una de buena calidad imprimirá un sabor diferencial a la fabada. Es la gran clave. Además, la fabada también debe llevar chorizo y panceta (previamente desalada). A la hora de cocinarla, se recomendable escaldar el compango unos 7 minutos. Si bien, este es un paso opcional.

La olla: no todas valen

Para hacer una fabada, lo ideal es utilizar una olla no muy alta. Al contrario de otra legumbres, como los garbanzos o las lentejas, las fabas necesitas su espacio entre sí, por eso, deben estar "estiradas". También se puede emplear una olla rápida, pero el resultado nunca será el mismo.

Nunca, nunca, nunca, nunca jamás remover

Nunca. Nunca jamás, se deben remover las fabas con una cuchara o similar durante la cocción. Se debe menear la olla, pero no remover con ningún accesorio de cocina, pues romperá muchas de ellas.

Reposo

Hay quien dice que cuando mejor están las fabas es un día después de cocinarlo. Quizás eso sea excesivo, pero sí es cierto que como la mayoría de cocidos, la fabada necesita un tiempo de reposo tras su cocinado. Dos horas es más que suficiente.

Por supuesto, y como decíamos antes, no existe una única receta para la fabada. Hay quienes al comienzo de la cocción incorporan un sofrito con cebolla, pimentón y algún tipo de elemento más (como jamón), quienes ponen una cebolla entera o incluso zanahoria.

A fin de cuentas, todas son buenas opciones si se disfruta. Tanto del plato como de la compañía.