Sopa: las ventajas del plato más antiguo con multitud de recetas

Esta mezcla de agua con los más diversos ingredientes tiene más ventajas y virtudes de las que se creen

Magda Carlas

Se supone que la sopa tiene ni más ni menos que unos 8.000 años de antigüedad, y sigue estando presente en casi todas las gastronomías. No es extraño. Esta mezcla de agua con los más diversos ingredientes tiene más ventajas y virtudes de las que se creen. Para empezar, es un plato con un porcentaje elevadísimo de agua, por lo que conserva la función básica de hidratar. En la actualidad tenemos un montón de bebidas que ejercen esta función, pero no siempre el agua ha sido potable ni ha estado al alcance de todos.

De hecho, todavía hoy miles de personas no tienen agua potable a su alcance, por lo que una sopa, con su probable ebullición a 100ºC, puede ser una bebida inocua desde el punto de vista microbiológico. Y no es la única ventaja. La citada ebullición de los de los alimentos hace que en general sean más digestivos que con cualquier otro tipo de cocción. La sopa permite, además, una cocción sin grasa y no tiene, por tanto, el peligro de las grasas quemadas que se puede encontrar en la fritura o en el asado.

Como la temperatura de cocción no pasa de los 100-110ºC, no habrá el peligro de que aparezcan algunas sustancias tóxicas (como puede ser la acrilamida) que aparecen con las altas temperaturas. Sin olvidar que la sencillez de su preparación permite la utilización de todo tipo de alimentos por un coste muy reducido. Y sí, es cierto que la ebullición de la sopa produce una pérdida de vitaminas, pero la lista de ventajas sigue siendo muy larga. Seguramente por eso seguirá existiendo unos cuantos miles de años más.