A veces ocurre que es precisamente de los alimentos menos llamativos de donde se obtienen buenos principios de salud. De hecho, la cocina es muy variada en sus preparaciones. Se utiliza carne, verduras, especias, hierbas, condimentos diversos, etc.

Una ayuda contra el colesterol y la hipertensión

Cada alimento tiene sus elementos particulares que pueden ser beneficiosos para la salud humana. Por ejemplo, contra la hipertensión y el colesterol alto, podrían ser útiles las frutas típicas del mes de septiembre. Se trata de las chumberas, que crecen a finales del verano en las hojas de los cactus.

Una verdura humilde pero apreciada

En la antigüedad, el hombre no disponía de toda la variedad de alimentos que encontramos hoy en día. Sin embargo, algunos alimentos actuales ya eran apreciados en la antigüedad. Por ejemplo, la acelga, cuyo nombre proviene de la antigua lengua celta y significa rojo. De hecho, las acelgas no sólo son de color verde, sino también de color rojo.

Pertenecen a la misma familia que la remolacha, con la que comparten en cierto modo el nombre. Se les llama indistintamente acelga o acelga. Se cultivó en Italia en la antigüedad, pero ya era conocida por los habitantes de Babilonia hace unos 3000 años. Una hortaliza sencilla, también era muy apreciada por los antiguos romanos.

Las acelgas pueden cultivarse fácilmente en primavera y otoño. Su cultivo, sin embargo, puede extenderse al periodo invernal, ya que esta hortaliza también soporta las bajas temperaturas.

Es rica en elementos útiles como el sodio, el potasio, el hierro, el calcio, el fósforo, el magnesio y el zinc. También contiene vitamina C y vitamina K, así como algunas sustancias especiales como la luteína, la zeaxantina y la quercetina.

Precisamente por ser una verdura, es rica en fibra y puede facilitar el tránsito intestinal. Otra de sus características es que es bajo en calorías. Por lo tanto, es adecuado para quienes siguen un régimen dietético.

Las acelgas podrían ser útiles para mantener los huesos jóvenes y fuertes. Posee antioxidantes como la luteína, la zeaxantina y la quercetina. Por tanto, contribuye a prevenir el envejecimiento.

Las hojas de las acelgas suelen ser de color verde brillante. Este color indica un buen contenido de calcio. De hecho, sus hojas contienen hasta 130 mg de calcio por cada 100 g.

A las acelgas también se les atribuyen propiedades diuréticas debido a la ventajosa relación entre el potasio y el sodio.

En definitiva, una verdura que no tendría ninguna contraindicación particular y que, en cambio, podría ayudar a la buena salud de nuestro organismo.