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Ni fondue ni sandwichera: Aldi revoluciona las cocinas con el aparato de moda para comer queso (y es ideal para parejas)

La raclette es una receta suiza que se ha popularizado mucho en los últimos tiempos

Raclette de Aldi

Raclette de Aldi / Aldi

El queso es uno de los alimentos preferidos de mucha gente. Y España está llena de hogares queseros. El país tiene una gran variedad de este producto que nada tiene que envidiar a otros. Pero desde Suiza, una de las cunas queseras del mundo, se ha poularizado una forma de prepararlo que está de moda: la raclette.

Y Aldi ha puesto a la venta estos días un aparato de cocina ideal para parejas que quieran explorar esta forma de comer queso que tanto ha triunfado ya fuera de las fronteras de Suiza, allí donde surgió. Se trata de una raclette dúo, en oferta por 11,99 euros, ideal para parejas. Y además vale para cocinar otros alimentos y no solo el queso en esta curiosa modalidad.

La raclette

La raclette es una tradicional forma de comer queso fundido originaria de Suiza, especialmente de las regiones montañosas del Valais, aunque también es popular en Saboya (Francia). El nombre proviene del verbo francés racler, que significa “raspar”, y hace referencia al gesto de raspar el queso derretido para servirlo sobre otros alimentos. Este plato nació como una comida sencilla de pastores alpinos que aprovechaban el calor del fuego para fundir el queso y acompañarlo con patatas y otros productos básicos.

El queso raclette —de pasta semidura y sabor suave pero aromático— es el protagonista indiscutible. Tradicionalmente, se coloca una media rueda de queso cerca del fuego o de una resistencia eléctrica especial; al fundirse la superficie, se raspa la capa derretida y se sirve caliente. En la actualidad, este proceso se ha modernizado con el uso de aparatos eléctricos de raclette, que permiten fundir porciones individuales en pequeñas bandejas metálicas y compartir la experiencia alrededor de la mesa.

La manera de disfrutar la raclette es social y participativa, similar a una fondue. Cada comensal funde su porción de queso y la sirve sobre patatas cocidas, embutidos, pepinillos, cebollitas encurtidas o pan, según la tradición suiza. El queso fundido se combina con la textura de los acompañamientos para crear un contraste de sabores cálidos y salados. En muchas versiones modernas se añaden verduras, setas, carnes o incluso mariscos, lo que da lugar a una experiencia culinaria más variada.

Además de su sabor, la raclette destaca por su espíritu convivencial: es un plato pensado para compartir, ideal en reuniones familiares o entre amigos durante los meses fríos. El calor del aparato, el aroma del queso fundido y el ritmo pausado de la comida contribuyen a crear un ambiente acogedor y festivo.

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