Colas en Lidl para hacerse con el bote que elimina el olor de los zapatos y que ya usaban las abuelas
Antes de tirar tus zapatos malolientes o invertir en un spray caro, existe una solución sencilla y natural que te permitirá acabar con el problema en un abrir y cerrar de ojos

Colas en Lidl para hacerse con el bote que elimina el olor de los zapatos y que ya usaban las abuelas
Los zapatos suelen sufrir mucho desgaste. Esto ocurre especialmente cuando bajan las temperaturas y llueve durante mucho tiempo.
Entre las botas empapadas después de un paseo, las zapatillas que se llevan todo el día o las pantuflas que se dejan demasiado cerca del radiador, la humedad se infiltra y deja un olor desagradable.Por eso, antes de tirar tus zapatos malolientes o invertir en un spray caro, existe una solución sencilla y natural que te permitirá acabar con el problema en un abrir y cerrar de ojos. El secreto reside en un gesto ancestral.
Se trata simplemente de espolvorear el interior de los zapatos con un poco de talco o bicarbonato sódico. Este método, transmitido de generación en generación, actúa directamente sobre las causas de los malos olores.
Estos polvos absorben la humedad y neutralizan las bacterias responsables de los olores persistentes. El proceso es muy sencillo. Basta con verter una cucharada sopera de talco o bicarbonato en cada zapato, a continuación, hay que agitarlos suavemente para repartir bien el polvo hasta la punta. Tras una noche de reposo, el polvo tiene tiempo de absorber cualquier rastro de humedad y eliminar los gérmenes. Por la mañana, solo hay que vaciar los zapatos sobre una papelera. También puedes pasar la aspiradora para eliminar el exceso y obtendrás un resultado inmediato. Tus zapatos recuperarán frescura y comodidad, sin olores residuales.
Este sencillo gesto no requiere ningún esfuerzo especial ni material costoso. El talco y el bicarbonato sódico, que puedes encontrar en Lidl, suelen encontrarse en los armarios y es que estos dos productos tienen en común que son suaves con los tejidos y totalmente neutros para las suelas, incluso las más frágiles.
A diferencia de los sprays perfumados, no enmascaran los olores. Por el contrario, los eliminan realmente al impedir el desarrollo de bacterias. Para prolongar los efectos de este método y mantener los zapatos siempre agradables de llevar, hay algunos hábitos diarios que marcan la diferencia. En particular, debes dejar que los zapatos respiren al aire libre después de usarlos. Esto evita que se acumule la humedad por lo que es mejor colocarlos en un lugar seco y ventilado, en lugar de guardarlos en un armario hermético.
También debes alternar los pares de un día para otro. Esto también les permite secarse completamente entre usos. Un sencillo gesto que reduce el riesgo de que se formen olores persistentes.
Algunos accesorios del hogar también pueden ayudar a mantener los zapatos en buen estado. Una bolsita de té seco introducida en la puntera absorbe la humedad durante la noche, una cáscara de limón colocada durante unas horas perfuma de forma natural el interior sin manchar la suela. Los amantes de las soluciones naturales pueden incluso fabricar sus propios saquitos desodorantes mezclando bicarbonato y unas gotas de aceite esencial de lavanda o eucalipto. Colocados en los zapatos entre uso y uso, difunden un aroma fresco y mantienen los tejideos secos.
Y no es todo- La higiene de los pies también juega un papel determinante. Los pies limpios y secos limitan la formación de bacterias responsables de los malos olores.
También se pueden llevar calcetines de algodón o lana transpirable en lugar de fibras sintéticas, lo que mejora la ventilación y evita la sudoración excesiva. Después de un día ajetreado, un simple lavado y secado cuidadoso de los pies previene las molestias del día siguiente. Las plantillas extraíbles también merecen un mantenimiento regular. Quitarlas de vez en cuando para lavarlas o airearlas ayuda a mantener los zapatos más higiénicos.