Insecticidas, velas, sprays para el cuerpo, pulseras, aparatos de ultrasonidos... Hay infinidad de "remedios" contra los mosquitos, pero ¿funcionan realmente?. La eficacia de muchos de ellos no está del todo probada, a pesar de que son productos caros. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha elaborado una serie de recomendaciones para acertar con los productos que compramos para librarnos de los mosquitos.

En concreto, la OCU se centra en dos artículos cuyo eficacia no está demostrada: las pulseras repelentes y los aparatos ultrasonidos no son métodos efectivos contra los mosquitos.

  • El repelente de estas pulseras está impregnado sobre la propia pulsera o en una pastilla recambiable. Aunque los repelentes desorientan a los mosquitos, la escasa superficie de la pulsera limita su radio de acción a poco más de cuatro centímetros. Por lo tanto, el tipo de repelente que lleven es indiferente. Así lo demuestran varios estudios, entre ellos el que realizó OCU en 2015 cuando examinó tres pulseras repelentes con aceites esenciales sin constatar ningún resultado digno de mención.
  • Los aparatos ultrasonidos son dispositivos electrónicos, aunque también pueden encontrarse en apps para el móvil. Se supone que imitan el batir de las alas del mosquito macho, lo que ahuyentaría a las hembras ya inseminadas que son las que pican. Pero lo cierto es que no ahuyentan a los mosquitos. En 2007 un equipo de Cochrane, tras revisar 10 estudios de campo sobre estos dispositivos, concluyó que carecían de eficacia alguna. Desde entonces y hasta ahora no ha surgido ninguna evidencia a favor de estos dispositivos. De hecho, hace cuatro años, OCU analizó dos Apps de ultrasonidos con resultados negativos.

Los mosquitos pueden estropear las vacaciones e incluso convertirlas en una larga convalecencia hospitalaria. Solo pican las hembras de mosquito porque necesitan las proteínas de la sangre para producir sus huevos. 

La OCU recuerda que estos insectos detectan a los usuarios por el dióxido de carbono (CO2) exhalado al respirar y por el calor corporal. Por eso, prefieren a las personas con un ritmo metabólico elevado y con un cuerpo más grande y grueso (por ejemplo, las mujeres embarazadas). Además, les atraen sustancias de la piel como el ácido láctico, el ácido úrico y el amoniaco. 

Los mosquitos rara vez se mueven en un radio de más de 300 metros de su lugar de nacimiento.