Los sofás de cuero son un elemento decorativo que cada vez está cogiendo más fuerza y presencia en nuestros salones. Sin embargo, suelen ser muy caros y se rajan con facilidad, sobre todo cuando en casa tenemos niños o mascotas. Si no tenemos cuidado ni seguimos un mantenimiento constante necesitará de reparaciones que pueden salir bastante caras, por eso aquí ofrecemos uno consejos para poder disminuir ese coste.

Cortes pequeños

Es muy fácil que el cuero se rasgue con el roce de algún elemento puntiagudo o por el simple paso del tiempo. Suelen ser cortes muy pequeños pero llevarlos a reparar puede resultar caro. Para hacerlo en casa basta con un poco de limpiador y pegamento para cuero.

Para empezar limpia la zona de alrededor del corte con el limpiador, hazlo con pequeños movimientos circulares y sin hacer demasiada presión para evitar que el daño se agrande. El pegamento de cuero no se adherirá a las superficies si éstas están sucias, por lo que es un paso muy importante.

Una vez limpio aplica un poco de pegamento dentro del agujero que se ha formado por el corte y pega ambas partes. Para un resultado más estético asegúrate de que ambas partes quedan lisas y alineadas, para que la imperfección que acabas de corregir no se note en un futuro. Cuando termines vuelve a limpiar la zona con el limpiador para retirar todo rastro de pegamento que haya podido quedar en la superficie del sofá.

Deja que el pegamento se seque por sí solo, acelerar el proceso con un secador sólo desgastará el material y hará que el trabajo realizado parezca chapucero y poco natural. Tras una hora el sofá podrá volver a usarse con normalidad.

Cortes profundos y agujeros

Como en el caso anterior, es muy importante limpiar la zona a conciencia para facilitar que el pegamento haga efecto. Cuando tengas la zona limpia recorta un parche de un tamaño un poco mayor que el agujero para ponerlo dentro del sofá, este parche servirá para reforzar a zona del relleno y dónde irá el pegamento.

Asegúrate de que el parche es de un material plano y alísalo bien, utilizando una pinzas por ejemplo, cuando lo coloques, sino el resultado final serán unos bultos muy poco naturales. Utiliza el pegamento de cuero para pegar el parche a los bordes del agujero y deja unos 20 minutos para que seque con naturalidad.

Utiliza un tinte del color de tu sofá para aplicarlo sobre el relleno. Con una esponja ve añadiéndolo poco a poco y con varias capas para que el color quede uniforme y no se note la diferencia de los materiales. Si al aplicarlo no te gusta cómo queda no te preocupes, tardará unos minutos en secarse así que con quitarlo nada más poner es suficiente.

Una vez hayas terminado aplica unas capas de material de acabado para cuero, esperando un poco entre la primera y la segunda para que se sequen. Este material aportará resistencia y brillo a la reparación, así tendrá un aspecto más natural no se notará que una vez estuvo dañado.

Mantenimiento del cuero

Antes de tener que recurrir a estos remedios lo mejor es mantener tu sofá e perfectas condiciones, algo no tan difícil si sabes cómo hacerlo. Para empezar es importante evitar el uso de productos químicos para limpiar el cuero, es un material muy especial y muchos de estos productos pueden provocar daños de muy difícil reparación. El cuero se limpia fácil por lo que siempre es mejor recurrir de la tradicional combinación de agua y jabón, y si la mancha es muy difícil de quitar recurre a productos específicos para éste material.

Otro aspecto importante es alejarlo de la luz solar, una exposición prolongada secará y fragmentará la tela. Esto también se puede aplicar al fuego y la humedad, ambos elementos son muy dañinos para el cuero por lo que si tenemos una chimenea o una zona más húmeda en casa, lo mejor es alejarlo. Por supuesto, vigila el uso de objetos cortantes, cremas y cosméticos cerca del sofá.