Lavar las copas es una de las tareas más tediosas que puede haber y de las que más habilidad requieren, pues hay que evitar que quede alguna mancha en el cristal o incluso que rompan si se hace con brusquedad. Muchas de ellas, además, no se pueden meter en el lavavajillas por su composición, dado que pueden quebrar o incluso, por su tamaño, no caben en este electrodoméstico.

Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) explican la forma para limpiar esta cristalería en el lavaplatos y que queden relucientes como cuando las compramos. "Es importante que las copas no choquen entre ellas o con otros objetos durante el lavado para evitar el riesgo de que se rompan. Cuida también de que no estén cerca de cubiertos o elementos de metal que las puden rayar.  Muchos lavavajillas tienen incorporados soportes abatibles para mantener sujetas las copas. Tienes que desplegarlos y apoyar el pie de las copas sobre ellos. Si las copas son demasiado altas, prueba a bajar el cesto superior un nivel. Casi todos los lavavajillas permiten hacerlo y suele ser muy fácil", explican.

"¿Tu modelo no tiene ese soporte? No pasa nada, porque puedes comprarlo aparte. Hay distintos modelos en el mercado, pero asegúrate de que adquieres uno que sea compatible con tu modelo de lavavajillas. Puedes entrar en la página web del fabricante y ver qué modelos propone. Los precios van desde unos 15 euros para los soportes más sencillos hasta cerca de 60 euros para los más completos. Pero sea cual sea el modelo, una vez instalados, te asegurarás de que tus copas de cristal están totalmente sujetas durante todo el ciclo, evitando que se muevan y rompan", aclaran.

"Algunos modelos de lavavajillas ofrecen programas delicados específicos para lavar copas. Si tu lavavajillas tiene ese programa, solo tienes que seleccionarlo. El programa para cristalería no supera los 40 ºC de temperatura para no dañar la superficie del cristal y mantiene una presión de agua adecuada. Normalmente, la etapa de secado se alarga para que las copas salgan con más brillo. Si tu lavavajillas no cuenta con un programa específico, utiliza uno a baja temperatura, que no pase de 40 ºC. Puede que notes que las copas te quedan blanquecinas al lavarlas en el lavavajillas: el motivo puede ser la excesiva dureza del agua. Revisa que tienes sal en el depósito y que el descalcificador está bien ajustado. Además, para que te queden perfectas, también debes comprobar el nivel de abrillantador. El abrillantador contiene tensoactivos que rebajan la tensión superficial del agua formando una barrera protectora para tus vasos y copas y evitando la formación de gotitas. Rellena el dosificador y el abrillantador se liberará automáticamente durante el ciclo. Asegúrate también de que los filtros están limpios, para que no se depositen restos en tu cristalería", explican desde la OCU.