Hoy en día, las freidoras de aire son muy populares, ya que dan grandes resultados. Sin embargo, debemos tomar las precauciones adecuadas si queremos conseguir grandes resultados y, al mismo tiempo, proteger nuestro aparato.

Hoy vamos a descubrir tres errores muy comunes que pueden afectar a los platos y a la vida de la freidora de aire. Veamos, pues, tres errores que siempre cometemos con la freidora y cómo evitarlos.

Los tres errores que son fáciles de remediar

Lo primero que hay que hacer es asegurarse de que nuestra freidora tiene suficiente espacio. Ocurre con demasiada frecuencia que lo colocamos muy cerca de otros electrodomésticos, ya que es pequeño y cabe fácilmente en cualquier sitio. Sería mejor darle más espacio para evitar el sobrecalentamiento. De este modo, la freidora podrá mover mejor el aire a su alrededor para calentarlo y utilizarlo para que los alimentos queden crujientes. Intentamos dejar al menos 12-13 centímetros de espacio a cada lado.

Otro error muy común es utilizar demasiado aceite. La mayoría de las freidoras de aire sólo necesitan una o dos cucharaditas de aceite, y no más. Al fin y al cabo, el principio de las freidoras de aire es conseguir resultados similares a los de una fritura normal sin utilizar tanto aceite. Así que si nos pasamos con las dosis de aceite, obtendremos resultados mediocres y comida blanda. Siga exactamente las dosis recomendadas y su comida será deliciosa.

Tres errores que siempre cometemos con la freidora de aire y que pueden dañarla y estropear los alimentos

Concluimos con un error muy común que se debe a nuestra pereza: después de usarlo, no lo limpiamos a fondo. Este es quizás el error más común y también el peor. Si no limpias perfectamente tu freidora cada vez que la utilizas, hay un mayor riesgo de que los alimentos que preparas se contaminen. Además, una freidora sucia tiende a oler mal y a apestar la cocina después de unos pocos usos.

Para evitar estos problemas, no sólo debemos limpiarla con frecuencia, sino también después de cada uso. Puede parecer un trabajo largo, pero en realidad es muy sencillo. Sólo hay que poner un paño en agua con jabón para platos y limpiarlo.