Con estos hermosos días soleados, frescos y luminosos, lo primero que queremos hacer al levantarnos por la mañana es abrir las ventanas y disfrutar del aire primaveral. Por último, podemos mantener nuestras casas bien ventiladas y frescas sin pasar frío, así que ¿por qué no aprovecharlo? Sin embargo, como en todas las cosas, hay una trampa, o incluso más de una.

En primer lugar, algunos podrían argumentar que, al vivir en una ciudad, no parece una buena medida llevar la contaminación atmosférica y acústica al interior. En cuanto al primer problema, podemos señalar algunas plantas que, además de ser ornamentales y de bajo mantenimiento, ayudarían a purificar el aire.

Dicho esto, otra posible amenaza para nuestra tranquilidad serían los propios cristales: qué horror descubrir que están sucios o llenos de antiestéticas rayas. Un verdadero golpe al corazón, también porque solemos gastar mucho tiempo y energía en limpiarlos. Así que no podemos dejar de insistir en lo mucho que lamentamos que nuestros esfuerzos no hayan dado resultado.

Para limpiar los cristales y los marcos de las ventanas sin dejar marcas, podemos confiar en este spray casero, prestando atención a algunas precauciones a menudo subestimadas. En primer lugar, aunque sea un trabajo tedioso y odioso, es mejor no dejar pasar demasiado tiempo entre una sesión de limpieza y la siguiente. Un buen compromiso sería lavar el coche al menos una vez cada quince días.

También es mejor aprovechar los días nublados porque el sol, aunque permite que la superficie se seque más rápidamente, lamentablemente también favorece la formación de los odiosos halos. Además, sería recomendable utilizar agua caliente en lugar de fría, ya que se mezcla mejor con los detergentes, potenciando así la acción desengrasante.

Pero ahora vamos a descubrir cómo hacer un detergente natural y perfumado que nos ayude a limpiar eficazmente, dejando los cristales brillantes y luminosos.

Basta con verter 250 ml de agua, 250 ml de alcohol desnaturalizado y 10 gotas de aceite esencial de limón en una botella pulverizadora reciclada. Después de agitar para mezclar la solución, pulverizar sobre el cristal y secar con un paño o una camiseta vieja de algodón.