La limpieza del baño es una de las tareas del hogar que más complicaciones acarrea. Esta estancia suele ser un nido de bacterias y, por ello, conviene seguir unas pautas estrictas de limpieza en la misma.

En las siguientes líneas nos detendremos en la importancia de mantener limpia la alcachofa de la ducha. Hay una serie de motivos por los que conviene limpiar con asiduidad esta parte del baño. Además de ser un nido de microbacterias, con los problemas que ello conlleva en cuanto a las posibilidades de contraer infecciones, es una zona en la que se acumula mucha cal. Dicha cal se incrusta en el cabezal de la ducha y dificulta así la salida del agua. Por eso, si notas que tu ducha tiene menos potencia, seguramente sea porque la cal se esté acumulando en la alcachofa.

Limpieza de la alcachofa de la ducha

Lo mejor para limpiar correctamente la alcachofa de la ducha es desmontarla. Normalmente, este proceso es muy sencillo, ya que suelen venir simplemente enroscadas. Desenrosca el cabezal de tu ducha e introdúcelo en agua con vinagre durante unos minutos.

El vinagre actuará como desinfectante y ayudará a que los organismos allí incrustados se deshagan y desaparezcan.

El mismo proceso puede ser realizado con agua y bicarbonato.

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Para completar la limpieza de la alcachofa de la ducha puedes hacerte con un cepillo de dientes en desuso. Gracias a este elemento, podrás acceder a todos los rincones del cabezal de tu ducha para dejarlo completamente reluciente y como si fuese nuevo.