El poderoso líquido que blanquea las almohadas y sábanas amarillas, no podrás dejar de usarlo

Vuelve a recuperarla para que estén como el primer día

La limpieza de la cama es una de las cosas más importantes. Desinfectar la habitación en la que dormimos y, sobre todo, el lugar preciso donde lo hacemos es aconsejable al menos una vez a la semana. Hay que ventilar siempre la habitación, al menos treinta minutos al día, así como cambiar todas las sábanas al menos una vez a la semana.

Como muchas tareas diarias o semanales, no es muy popular. Especialmente si nos encontramos solos al hacerlo. En pareja lo haces mejor y más rápido, pero no siempre es posible por los diferentes compromisos que tienes.

Cambiar las sábanas cada siete días es imprescindible, más aún en verano. Para evitar que el sudor se estanque en el interior y estos se impregnen de malos olores corporales a pesar de las horas de ventilación.

Si esto se aplica a las sábanas, debería aplicarse aún más a las fundas de almohada y a las almohadas. Nuestra cabeza, de hecho, aún sin dar señales evidentes, es la que más residuos deja dentro de la cama. Piense en el cabello, la caspa y las escamas para los que sufren de dermatitis seborreica.

Por eso se hace realmente imprescindible una buena higiene de nuestras almohadas. ¿Cómo hacerlo? De nuevo, los remedios de la abuela acuden al rescate. Con el bicarbonato y la lejía, rara vez nos equivocamos. Sin embargo, cuando la almohada tiende a volverse amarilla, podemos encontrar una solución aún más potente y eficaz.

Para ello, necesitamos bórax. Una sustancia conocida en Europa desde los tiempos de Marco Polo. Presente en muchos detergentes y desinfectantes, también se encuentra fácilmente en las farmacias. Sin embargo, no será el único ingrediente de nuestra solución.

También necesitaremos un detergente neutro para lavavajillas. Incluso uno con base de vinagre estaría bien. Todo se completará con agua tibia. Así pues, tomemos una palangana suficientemente grande o utilicemos nuestra bañera. Llénalo con agua, vierte un vaso de detergente y remueve bien antes de añadir una generosa cucharada de bórax.

A continuación, sumergimos la almohada y la dejamos en remojo durante unos veinte minutos. A continuación, con guantes de látex, lo escurriremos y lo meteremos en la lavadora. Deje que funcione a 40 grados y añada un trozo de papel de aluminio enrollado antes de iniciar el lavado. El papel de aluminio dará un resultado realmente sorprendente.