A veces los inconvenientes están a la vuelta de la esquina y nos hacen ir más despacio. Piensa en cuando tenemos prisa por salir de casa y, al vestirnos, descubrimos que la cremallera no cierra. Esto puede ocurrir con pantalones, vaqueros o una de nuestras faldas de moda. En estas situaciones, que se dan con más frecuencia de lo que imaginamos, hay que actuar con cierta astucia. De hecho, hay algunos métodos inteligentes que podríamos poner en práctica incluso desde casa. Una de ellas es tan sencilla que podremos volver a vestir nuestras prendas y accesorios favoritos en un abrir y cerrar de ojos.

Qué hacer cuando no cierra bien o se atasca

Si no podemos cerrar la bisagra, primero debemos entender qué nos lo impide. De hecho, los daños pueden ser de distinto grado. Por ejemplo, el deslizador podría aflojarse y no encajar correctamente en los dientes. Si así fuera, la situación no sería grave y fácil de arreglar. Bastará con un alicate, que utilizaremos para apretarlo suavemente por ambos lados.

Otras veces, sin embargo, ocurre que la bisagra se atasca y no quiere moverse. Este es un problema que puede resolverse simplemente aplicando un lubricante. Si no tenemos uno comercial en casa, podemos probar con una gota de aceite de oliva o de manteca de cacao.

Para cada pequeño percance hay una solución adecuada. Un caso clásico es el de la puerta que se arrastra por el suelo, que tiene fácil solución. Incluso cuando se trata de la bisagra que se mantiene abierta, podemos salirnos con la nuestra en poco tiempo. Las técnicas que implican el uso de una pajita o un tenedor están de moda en la red. En efecto, serían inteligentes, pero el sistema que vamos a experimentar hoy es un poco diferente, aunque igualmente eficaz.

No será tan difícil ponerlo en práctica como para que todos podamos aplicarlo con éxito. Incluso lo que se necesita para la práctica no será más que lo mínimo. En concreto, necesitaremos una goma elástica normal. Para empezar, lo insertamos en el deslizador. A continuación, simplemente levantamos la cremallera y, para terminar, la enganchamos al botón. He aquí uno de los trucos más ingeniosos, con el que por fin podremos cerrar todas nuestras prendas sin problemas.

Qué poner en lugar de la cremallera de la bolsa

En determinadas ocasiones, puede que quiera sustituir la cremallera por un cierre más práctico y menos molesto. No faltan posibilidades, empezando por un simple imán. Este pequeño objeto garantiza la discreción y la practicidad. De hecho, las dos piezas encajarían dentro de la bolsa y bastaría un clic para cerrarlas.

Una cinta magnética funcionaría de forma similar. Sin embargo, a diferencia del imán, el cierre no se concentraría en puntos individuales, sino en toda la longitud de la cinta. Podemos optar por aplicar una sola tira que cubra totalmente la solapa de la bolsa. O bien, pon dos o más cintas que cierren el accesorio en varios lugares.