Frota este alimento usado por la vitrocerámica y te quedará más reluciente que nunca

Un truco muy eficaz para una superficie que siempre da problemas

El truco definitivo para devolver el brillo a tu vitrocerámica: así debes frotar un limón usado

A.D.

T. P. G.

Por mucho que queramos mantener una vitrocerámica como nueva, es inevitable que los restos de comida se peguen a ella. Siempre cae alguno y el calor hace el resto, haciendo que se peguen aún más a la superficie. Por eso es necesario saber cómo enfrentarse a estas manchas que dan tanta guerra en la vitrocerámica.

Y si, además, en el proceso conseguimos reciclar o reutilizar restos que iban a ir a la basura, pues mucho mejor. Una solución a la vez eficaz y medioambientalmente sostenible siempre es perfecta. A veces, para llegar a ella, solo hace falta algo de información e imaginación.

Abundan algunos métodos caseros y eficaces para limpiar la vitrocerámica. Como el que recomienda mezclar dos cucharadas de bicarbonato de sodio con 10 centilitros de agua. Habría que extender esta pasta por encima de la vitrocerámica. Y luego agregar más ingredientes a esta eficiente fórmula para que quede reluciente el elemento que sufre a diario los avatares del cocinado de las comidas del día.

Pero no solo de bicarbonato y vinagre vive la limpieza. De hecho, hay ocasiones en las que las soluciones incluyen también otros elementos sorprendentes. Es el caso del truco de introducir papel higiénico en la nevera, meter una esponja en la lavadora o recurrir a pasta de dientes y una media para dejar el salón de tu casa reluciente.

Meter una esponja en la lavadora: la razón por la que la ropa queda como recién comprada

A.D.

Restregar limón por la vitrocerámica

Cuando uno usa un limón para cocinar y exprimir unas gotas en una receta, muchas veces queda un buen trozo del cítrico sin usar. Y buen es encontrar una forma de aprovecharlo y no tirarlo a la basura.

Es en este punto donde aparece la vitrocerámica sucia. ¿Cómo podemos emplear el limón usado? Muy sencillo: solo hace falta echar bicarbonato sobre la vitrocerámica, una gotita de jabón lavaplatos y, con esa mezcla sobre la superficie, frotar con un limón usado a conciencia.

Luego solo hará falta aclarar todo con un trapo de microfibra antes de secarlo bien al instante. Una manera original de limpiar la vitro y, de paso, aprovechar los restos de un limón usado.