El motivo por el que cada vez más gente usa vinagre para limpiar las mesas

Se trata de un producto culinario que tiene también muchos usos domésticos

Limpieza mesa

Limpieza mesa / Freepik

B. Z. C.

Limpiar superficies de cristal es una de las tareas domésticas más complicadas. Obtener un resultado ideal no solo requiere una técnica depurada, sino también el uso de materiales y productos adecuados. En los estantes de los supermercados hay decenas de productos para este tipo de tareas; si bien, también existen remedios caseros que pueden ayudarnos a conseguir un resultado óptimo.

Una opción es utilizar una mezcla casera de agua, amoniaco y alcohol. La proporción utilizada es una parte de alcohol, una de amoniaco y cuatro de agua. Si se quiere se puede sustituir la parte de alcohol y amoniaco por una parte de vinagre. Después, con ayuda de un trapo que no suelte pelusas, se pulveriza sobre la superficie y se frota hasta que la superficie quede brillante.

Otra opción es utilizar bicarbonato y vinagre. Primero se mezcla una taza (250 ml) de agua y vinagre y prepara más después si es necesario. Luego se mezcla media taza (120 ml) de bicarbonato con al menos tres cucharadas de agua para formar una pasta. Deben utilizarse movimientos circulares de barrido para frotar la pasta sobre la mesa después de meter la esponja en el bol. Debe hacerse de la forma más minuciosa posible y asegurándose de cubrir toda la superficie de vidrio.

También se puede optar por por rociar la mesa con limpiacristales o vinagre. En cualquier caso, es importante tomar medidas preventivas para mantener tu mesa de cristal con un aspecto limpio. También es fundamental utilizar un paño adecuado, preferiblemente de microfibra.

Limpiar las llantas con vinagre

Si las llantas están muy sucias, puedes utilizar un producto específico para limpiarlas. Lo más importante es esperar a que las llantas y los frenos se hayan enfriado antes de aplicar el producto. El detergente no puede hacer su trabajo si seca antes de la cuenta. Además, si los frenos están calientes, al entrar en contacto con un líquido frío, pueden llegar a deformarse.

Aplica el producto directamente sobre la zona sucia, sin mojarla con agua previamente. Si la llanta tiene un diseño complejo, una vez aplicado el limpiador, se debe recurrir a un cepillo o esponja para llegar a todos los recovecos. Deja que actúe el tiempo recomendado por el fabricante. Habitualmente entre tres y ocho minutos. Aclara con abundante agua, si es posible con una pistola a presión, para remover todos los residuos. Seca a mano. Preferiblemente con un paño de microfibra que no dañe la superficie.

Además de los productos específicos para limpiar llantas, también puedes utilizar productos caseros. Algunos talleres mecánicos afirman que, una vez enjuagadas las llantas, se pueden mezclar una parte de glicerina por tres de refresco de cola y rociar esta líquido por toda la llanta, aclarándolo después. Hacer una pasta con bicarbonato y vinagre o agua permitirá desincrustar la suciedad más fuerte.

También puedes utilizar el vinagre diluido en agua para ayudar a retirar las impurezas de esta parte del vehículo y además las dejará brillantes. Finalmente, existen multitud de espráis de limpieza multiuso que se utilizan en casa que también pueden aplicarse sobre un trapo y, con él, frotar la llanta.

Es importante tener en cuenta que los remedios caseros, como los limpiahornos o quitagrasas de cocina, no son recomendables. A la larga pueden acabar afectando al esmalte o el cromado de la llanta. Además, es importante conocer el material en el que están fabricadas las llantas: aluminio, acero, fibra de carbono, magnesio o aleación, ya que existen limpiadores específicos para cada una de ellas y una mala elección puede arruinar este material.