Un equipo de astrónomos ha descubierto una galaxia lejana cuyas estrellas empezaron a formarse sólo 200 millones de años después del «Big bang», un indicio de que las primeras galaxias nacieron mucho antes de lo que se pensaba.

El hallazgo pone en tela de juicio las teorías sobre la aparición de las primeras galaxias y su evolución, señala en una nota de la Agencia Espacial Europea (ESA) el autor principal del estudio, Johan Richard, del centro de investigación astrofísica de Lyon (Francia).

Según Richard, también puede ayudar a resolver el misterio de la desaparición de la densa niebla de hidrógeno que bloqueaba la luz ultravioleta en los inicios del Universo. La galaxia fue divisada durante observaciones recientes a través del telescopio espacial «Hubble» de la ESA y la NASA y del telescopio espacial «Spitzer» también de la NASA, y su distancia fue medida desde el observatorio Keck en Hawai (EE UU).

Su detección fue posible gracias a un cúmulo de galaxias bautizado Abell 383, cuya poderosa gravedad curva los rayos de luz como si se tratara de una lente de aumento.

La alineación de la galaxia, el cúmulo y la Tierra amplificó la luz que llegaba de esta galaxia distante, permitiendo a los científicos hacer observaciones detalladas.

Sin esta poderosa lente, la galaxia hubiera sido demasiado tenue para ser vista incluso con los telescopios actuales más grandes.

Mediante observaciones espectroscópicas con el telescopio «Keck-II» en Hawai, los científicos midieron el desplazamiento al rojo (redshift) de la galaxia, una medida que indica el tiempo transcurrido desde el «Big bang» y la distancia, y comprobaron que la galaxia podía observarse como era cuando el Universo tenía 950 millones de años, lo que no la convierte en la más remota conocida, 400 millones de años anterior. Sin embargo, afirma el estudio, esta galaxia tiene características muy diferentes de otras galaxias distantes observadas, que en general brillan con intensidad y tienen sólo estrellas jóvenes.

El detector de infrarrojos del telescopio «Spitzer» indicó que sus estrellas sorprendentemente viejas y relativamente tenues tenían casi 750 millones de años, lo que retrasa la época de la formación de la galaxia a alrededor de 200 millones después del «Big bang».

«Nuestro trabajo confirma observaciones anteriores que sugerían la presencia de estrellas viejas en galaxias tempranas. Esto indica que las primeras galaxias existían mucho antes de lo que se pensaba», afirmó otro coautor del estudio, Dan Stark. El descubrimiento también puede ayudar a explicar la desaparición de la niebla de hidrógeno que llenaba el Universo en sus inicios. Los astrónomos creen que la radiación que ionizó el gas y despejó la niebla, haciendo que el Universo fuera transparente a los rayos ultravioleta como en la actualidad, procedía de las galaxias. Pero hasta hoy no ha sido descubierto el número de galaxias que hubieran sido precisas para emitir la radiación necesaria.