El fabricante británico de automóviles de lujo Rolls-Royce, perteneciente al grupo alemán BMW, mira al futuro con optimismo porque el número de «súper ricos» en todo el mundo está creciendo, con lo que aumenta su base de clientes potenciales.

Así lo ha asegurado el consejero delegado de Rolls-Royce, Torsten Mueller-Oetvoes, quien, en declaraciones a «Automotive News», aseguró que los clientes siguen comprando sus coches a pesar de los temores a una recesión global.

De hecho, Rolls-Royce opera actualmente con tres turnos y a plena capacidad en su fábrica británica de Goodwood. «La marca Rolls-Royce mantiene su valor. Representamos un activo a largo plazo, especialmente en tiempos de incertidumbre para las oportunidades de inversión», expone el directivo.

Mueller-Oetvoes, quien recordó que el 70% de los Rolls-Royce fabricados en toda la historia siguen circulando por las carreteras, se mostró muy optimista sobre el futuro de la marca. «El número de "súper ricos" en todo el mundo está creciendo; actualmente hay unos 90.000, pero se espera que en diez años la cifra alcance los 125.000», expuso.

Con todo, el crecimiento de Rolls-Royce no pasa por convertirse en una marca de volumen. La firma vendió 2.711 coches en 2010, la cifra más alta de la historia, y espera alcanzar un nuevo récord este año. «No tenemos una estrategia de volumen, por ejemplo, no tenemos planes a largo plazo para vender decenas de miles de coches», puntualiza Mueller-Oetvoes, quien afirmó que el precio de sus coches no bajará de los 250.000 euros ni superará el millón de euros.

Y si los coches de lujo se venden muy bien, los trajes cortados a selecta medida, también. Los clientes de las exclusivas sastrerías de Saville Row en Londres, cada vez más jóvenes, siguen apostando por los elegantes y caros trajes hechos a mano, cuyas ventas han aumentado un 10 por ciento a pesar de la crisis. Las doce principales sastrerías de Londres, agrupadas en la The Saville Row Bespoke Association, han visto cómo a pesar de las turbulencias financieras sus clientes han aumentado gracias a que venden más a extranjeros y a que sus trajes vuelven a estar de moda, aseguró su portavoz, Charlie Harrison. Dependiendo de la calidad de las telas y el tipo de prenda, sus trajes pueden llegar a costar hasta 10.000 libras (11.460 euros/15.800 dólares), pero uno estándar vale alrededor de 3.500 libras (unos 4.000 euros/5.500 dólares).

«Nuestros clientes siempre han visto nuestras prendas como un artículo de lujo y una inversión, por eso incluso en 2008, con la caída de Lehman Brothers y la crisis de la banca, siguieron comprando», explicó el portavoz. A pesar de que la enorme preocupación inicial de que la crisis financiera podía alejar a los banqueros, sus clientes más fieles, la calle de los sastres de Londres lleva ya dos años de crecimiento continuado. En estos dos ejercicios la media de contrataciones en sus talleres ha aumentado un 20 por ciento y en la actualidad 30 aprendices, recién graduados en las mejores escuelas de moda de Londres, están aprendiendo un oficio con futuro.