El escritor y periodista Abel Hernández recoge en su último libro, «Despídete de tu madre y serás rey de España», aspectos poco conocidos de la infancia de don Juan Carlos, etapa en la que, según el autor, los deberes institucionales y una estricta educación robaron la niñez al futuro jefe del Estado.

Las hermanas del rey, doña Pilar y doña Margarita, han aportado sus recuerdos de aquellos tiempos para esta obra que cuenta la vida del Rey desde su nacimiento prematuro en Roma, en plena guerra civil, hasta el trágico accidente de 1956 en Villa Giralda, en el que murió su hermano Alfonso.

Hernández sostiene que don Juan Carlos perdió su infancia por la enorme carga de responsabilidad que se le exigió y la dureza con que se le quiso educar. La mayoría de las fuentes consultadas achacan la mirada triste del Rey a esos años de estricta educación y el autor considera que la muerte de su hermano puso fin a su infancia y truncó definitivamente la felicidad familiar.

«Pero quizá el momento en que claramente dijo adiós a su niñez fue cuando, con diez años, salió de Lisboa rumbo a España, país desconocido para él. En su primer encuentro con Franco, dos semanas más tarde, el dictador quedó contrariado cuando, con la espontaneidad de un niño, se refirió a su padre como «el rey».