Carla Bruni, la esposa del presidente francés, Nicolas Sarkozy, se quejó, en un mensaje dirigido a los medios de comunicación, de las fotografías publicadas de su hija Giulia, tomadas sin su consentimiento, y exigió que se respete el derecho al anonimato que reclama desde que nació.

«En nombre de la libertad de prensa siempre he aceptado sin quejarme la publicación de fotografías robadas o de información, incluso errónea, sobre mi vida privada; pero no puedo aceptar, y nunca aceptaré, que se pisotee el derecho de mis hijos a vivir libres y en el anonimato, sea período electoral o no», señaló Bruni en una declaración publicada en su página de internet.

Indicó que como es «habitual» algunos medios publican imágenes suyas no autorizadas, pero ahora también lo han hecho con algunas que «dejan entrever la cara de mi hija» y que se tomaron «sin ningún consentimiento por mi parte».

Se tiene constancia de que lo ha hecho en particular alguna web belga que no ocultó la cara de la niña desenfocando la imagen como se hace muchas veces.

La primera dama de Francia criticó «cualquier utilización que se haga de la imagen de mis hijos, así como cualquier comunicación de informaciones sobre su intimidad» como ha dicho en numerosas ocasiones.

Por eso pidió a los que las han publicado que «respeten el derecho a la vida privada de mis hijos considerando que no pueden vivir encerrados».

Giulia, la hija de Bruni y de Sarkozy, nació el pasado mes de octubre en París.

Ya a la salida del hospital, su madre la llevó cubierta por entero, para eludir los objetivos de los fotógrafos y los cámaras que estaban apostados en el exterior del centro.

Desde semanas antes había repetido que no quería que el bebé fuera fotografiado y aseguraba que no iba a exponer públicamente a la niña y se hizo saber que se había preparado una respuesta legal por si la prensa infringía el derecho al anonimato y a la intimidad de la pequeña.

Cuando se hizo público el idilio entre Carla Bruni y Nicolas Sarkozy se oficializó con imágenes de los dos en el parque Eurodisney, en las afueras de París, acompañados del primer hijo de ella, Aurélien, nacido en 2001 fruto de una relación con el filósofo Raphael Enthoven.

Estrellas de cine como George Clooney e iconos de moda como Anna Wintour iluminaron la mayor cena de gala que el presidente Barack Obama ha ofrecido en su mandato: la que celebró en homenaje al primer ministro británico, David Cameron. Con 362 invitados, contó con su propia sesión de fotos a la entrada de la mansión presidencial, en la que un centenar de asistentes se detuvieron para posar. La atención de los flashes se centró en la primera dama, Michelle Obama, que apareció con un vestido azul verdoso con escote en pico de Marchesa, adornado por un llamativo collar de perlas azul, plata y turquesa, y con el pelo recogido. A su lado, durante la cena, Clooney. ¿Tuvo celos el presidente?