Después de que el Rey Juan Carlos se fracturara la cadera, salió a la luz que Corinna zu Sayn-Wittgenstein acompañaba al Monarca durante esta cacería en Botsuana, y ahora la revista «Vanity Fair» dedica su portada de junio a esta princesa alemana y desvela en exclusiva detalles inéditos de la relación con don Juan Carlos.

Para ello, han sido clave las declaraciones del que fuera el primer marido de Corinna zu Sayn-Wittgenstein, que también participó en el viaje a Botsuana. Recoge testimonios de cazadores que estuvieron presentes en la cacería y analiza la presencia de la princesa alemana en algunos de los viajes oficiales de don Juan Carlos.

El empresario estadounidense Philip Adkins, primer ex marido de Corinna zu Sayn-Wittgentein, revela que él y el hijo menor de Corinna, Casimir zu Sayn-Wittgenstein, fruto de su segundo matrimonio, también fueron a Botsuana.

«Aquél era un viaje de familia y amigos. Mohamed Eyad Kayali, un hombre muy generoso, nos invitó a todos, incluido el Rey», afirma Adkins. «Era, sobre todo, el viaje de dos personas mayores que querían estar en la selva juntos, probablemente por última vez en su vida, hablando frente al fuego, compartiendo experiencias entre los hipopótamos y los leones. Yo estaba allí porque conozco muy bien África y porque Corinna había querido llevar a su hijo pequeño. Tengo una excelente relación con el niño, era la primera vez que él iba a un safari y ella se sentía más segura si yo estaba allí», apunta este empresario.

Además, confiesa que su ex mujer está muy «asustada» desde el accidente del Rey: «¿Quién no lo estaría si de repente apareciesen periodistas de todo el mundo atacándote y acusándote de ser la amante del Rey?». Adkins afirma que su ex mujer «siempre ha estado dispuesta a arriesgar y aprender, a experimentar y emprender, porque es una aventurera». La revista saca a la luz toda la vida de la princesa y recorre su trayectoria hasta el momento en que conoce a don Juan Carlos, como responsable de la agencia Boss Sporting, donde organizaba safaris de lujo para clientes de alto «standing». También hablan testigos que pudieron comprobar el papel de Corinna: «Se ocupaba de todo, de la A a la Z. El Rey no explicaba quién era. Simplemente ella estaba a su lado todo el tiempo», revela uno de los cazadores que participaron en la cacería.

Al parecer, la presencia de Corinna zu Sayn Wittgenstein es muy frecuente en algunos viajes oficiales de don Juan Carlos y, según afirma la diseñadora neoyorquina Bonnie Young, «lleva viajando con el Rey desde hace ya bastantes años» definiendo a su amiga como «una especie de asesora».

Familiares y amigos de Casimir zu Sayn-Wittgenstein, su segundo marido, tienen claro que se casó con él «para obtener un título y un pequeño principito». Sus abogados desmienten la mayor: «Cualquier sugerencia o comentario de que ella se casó por su posición no tiene sentido. Nuestra cliente ya conocía a todo el mundo en todas partes».

Sus amigos se deshacen en elogios: «Es muy inteligente. Es una mujer brillante. Trabaja para altos cargos y diplomáticos, pero no hablamos de ello porque su trabajo es altamente confidencial», explica Bonnie Young.

«Es una delicia de mujer: lista, atractiva, divertida... Es la cita perfecta», añade el cirujano plástico neoyorquino Cap Lesesne.