«Durante dos meses yo también fui la viuda de Paquirri», recuerda José Luis Perales, quien, como compositor, dice haberse «travestido» de Raphael, Jeannette o Isabel Pantoja. Ahora, con más de 40 años de carrera a la espalda y sin más ropajes que sus añoranzas, el músico vuelve como intérprete con «Calle Soledad».

En «Calle Soledad», Perales abre por primera vez las puertas del refugio conquense donde ha creado gran parte de su obra. «La soledad es el elemento que siempre me ha envuelto. Siempre he estado solo en el campo al escribir y, por primera vez, abro las puertas de ese refugio, tan fuera del mundo, sin luz eléctrica ni agua corriente», explicó.

Cada vez más «remolón», fue su hijo Pablo quien le convenció para que presentara en público las últimas canciones allí paridas, y que han tomado forma a fuego lento, sin prisas por la ausencia de un contrato discográfico vigente. «Estoy más melancólico, con muchos recuerdos de adolescente, de las chicas que conocí y de cosas que viví, que te devuelven a una época feliz, así que hay bastante añoranza y también desamor», cuenta Perales.

Dentro del conjunto, hay temas más clásicos, de cuerda y letras poéticas, y también «ritmos más refrescantes y acústicos», con guitarras eléctricas. También hay, destaca, «una pincelada más tierna y auténtica», «Canción para Manuela», dedicada a su nieta, cuyos derechos ha cedido a Aldeas Infantiles SOS.

De este modo, una nueva Manuela se convierte en motivo de inspiración, tras años de hacer de su esposa, del mismo nombre, el sujeto y objeto de sus temas. «Yo siempre digo que los de amor los dedico a mi mujer y que en los de desamor hablo de un vecino», añade chistoso. Perales sigue reconociéndose como un «intérprete a su pesar». «Me acompañan siempre las inseguridades, el pánico escénico, la duda por la crítica...», confiesa.

Delante del espejo ha sido Raphael o Jeannette, para la que compuso «¿Por qué te vas?», pero también Isabel Pantoja, para la que escribió el álbum «Marinero de luces» (1985), el primero tras la muerte en 1984 de su marido, el torero Francisco Rivera, «Paquirri». «Me arriesgué mucho con ese disco. Era un momento muy difícil. Ella era la viuda de España, no quería salir a cantar y la rodeaba una gran expectación», señala Perales.

«Estuve encerrado durante dos meses, en los que yo también fui la viuda de Paquirri. Eso es lo que hay que hacer cuando escribes para alguien», afirma rotundo.