El protagonismo al principio fue para tres gaiteros de alto voltaje: tres instrumentistas con historia a sus espaldas y que, cada uno en su campo, han transmitido la cultura gaitera (e instrumentos colaterales, ayer el fagot, por todo el mundo): Vicente Prado, El Pravianu, gaitero oficial del Concurso y muestra de folclore "Ciudad de Oviedo"; Iñaki Sánchez Santianes, miembro del jurado y delegado del Festival Intercéltico de Lorient en Asturias, y Xuacu Amieva, maestro y pionero en métodos de gaita, entre otras muchas cosas. Los acompañó la orquesta "Cuatro Cuerdas", formada por alumnos del Conservatorio Profesional de Oviedo, y la percusionista Paula Amieva. Otra actuación estelar fue la del "Ochote Langreano", un clásico del certamen que deja siempre brillantes interpretaciones. Lo dirigió Patricia Mirian Martínez, que ayer tuvo doble sesión al dirigir también al Coro del Centro Asturiano de Oviedo. Es decir, todo un ambiente de gala en la penúltima final, donde, por cierto, en los pasillos y entre bambalinas del teatro Filarmónica entraron y salieron de cuando en cuando algunos acompañantes vestidos con la camiseta del Real Oviedo. Es decir, ambiente festivo a esas horas de la mañana.

Hubo un gran momento de emoción con el homenaje que se le hizo a Sergio Rodríguez Llaneza, cantante histórico que recordó que, en sus tiempos, no era como ahora, que la gente empieza más joven a cantar. Él lo hizo en la madurez, pero con tiempo suficiente para ser campeón y contar con gran prestigio, el que ayer le reconoció el certamen, organizado por el Ayuntamiento y LA NUEVA ESPAÑA, en el teatro Filarmónica. Santianes y el director del concurso ovetense, Juan Carlos Rodríguez, le entregaron la insignia y un obsequio mientras el cantante decía: "Ésa es mía", en referencia a una pieza que sonaba de ambiente del acto, que, efectivamente, era suya. Momento entrañable. Muy aplaudido por el público Sergio Rodríguez Llaneza, a quien acompañaba su mujer, Violeta.

Fue una mañana en la que ya se olía el final de una nueva edición del concurso "Ciudad de Oviedo", y van veintitrés: toda una hazaña en este tipo de eventos, que, además de mantener al público fiel, ha incrementado los seguidores entre las generaciones actuales. Para muestra, el desparpajo y buen hacer que mostró en la canción juvenil (infantil habría que decir en este caso) Elvira Fernández (8 años), de Grado, alumna de Anabel Santiago, que dejó encantado al público con su soltura en escena. Una certificación de que la tonada está asegurada para el futuro, como los está en las parejas de baile, coros, sin olvidar el virtuosismo de los gaiteros en competición.