Un anuncio pegado en una farola de Avilés cambió la vida de Dulce García. Han pasado cinco años desde aquel momento que hizo que esta asturiana, de 24 años, asistiera a un casting, primero, a un desfile, después, a muchas sesiones de fotos, más tarde... Y así hasta ahora, que se dispone a representar a Asturias para competir por los títulos "Miss Internacional Spain" y "Miss Intercontinental Spain". "Soy consciente de que empecé tarde en este mundo, con 18 años, pero también de que tengo mucha ilusión", dice. Ayer estuvo en Luarca, el lugar de Asturias elegido por la delegación del Principado del certamen para hacer las fotos de presentación de sus dos candidatas a los títulos de belleza.

En esta aventura, la avilesina Dulce García, graduada en Educación Primaria, especialidad en Educación Física, no está sola. Le acompaña Malú Sánchez, una joven de 19 años, ovetense, que lucha por el título" Showstars Spain", otra categoría dentro de un mismo campeonato.

Malú Sánchez se inició en el mundo de la moda cuando tenía 13 años. "A mi madre siempre le gustó mucho este mundo y yo recuerdo que no me perdía 'Miss España'. No fue difícil empezar", explica. Con 14 años desfiló por primera vez. Recuerda que lo hizo en un pase de pijamas infantiles. Ahora tiene otras metas. Estudia Derecho, y con el paso de los años se ha dado cuenta de que puede llegar lejos en la moda.

"Me gusta ser el centro de atención en el trabajo, y este trabajo me lo permite. Cuando subes a una pasarela sabes que la mayor parte de los presentes estará mirando", señala. Ella ya sabe algo más de la fama y de ser la protagonista. Montó a caballo durante mucho tiempo y fue campeona en su categoría. Lo particular del certamen en el que ahora participa es que no reta a las candidatas a ser las más bellas. Las dos jóvenes se preparan para competir a base de clases de inglés y sesiones para desarrollar sus habilidades. La gran final se celebrará en Estepona, el 3 de julio. Enfrente, Dulce García y Malú Sánchez tendrán a otras trece contrincantes. Tres de ellas son andaluzas, "y, por tanto, tienen el estereotipo más premiado en los certámenes de belleza", explica Montserrat Álvarez, portavoz de la delegación asturiana. "Pero esta vez salimos ganadoras".

Estos días las candidatas asturianas trabajan la prueba del talento. Cada una tiene que mostrar ante doscientas personas (el jurado no está identificado) en qué es capaz de destacar. Dulce García hará un baile español, "demostrando que España es rica en cultura y que en el Norte también podemos bailar y hacerlo muy bien, con algo de todas las comunidades".

Malú Sánchez se aprovechará de su habilidad para comunicar hablando. "Tiene facilidad de palabra y creo que puede sacar partido de ello; así que tratará de convencer al público de su liderazgo", detalla Montserrat Álvarez.

El certamen tiene requisitos muy estrictos. La organización analiza los perfiles personales de las candidatas en las redes sociales. "No se puede decir cualquier cosa ni aparecer en una foto de cualquier manera, por ejemplo, con más alcohol de la cuenta o desnudas", señala la portavoz de la delegación asturiana. Tampoco se puede hablar a voces en las pruebas, en el discurso deben ayudarse de las manos, y además se premian sus conocimientos de la actualidad. Les han llamado la atención las preguntas "más psicológicas", como explica Dulce García. A Malú Sánchez se le quedó grabada una de las cuestiones del jurado: "¿Qué prefieres, ser dos veces más feliz o dos veces más inteligente?".

Ambas lo tienen claro: dos veces más felices. Por eso creen que si tienen que desterrar algo del mundo de la moda es la envidia, "que hace a tantas infelices", analiza García. "Lo empaña todo, es la que crea todos los malos rollos. Cada una es como es, y si gana será porque es la mejor en algo", añade Malú Sánchez.

Luarca les deseó ayer suerte con su día más azul desde que empezó el verano.