"Cuando te das cuenta ya tienes muchos años... pero creo que no he perdido el tiempo por el camino", reflexiona la actriz vallisoletana Lola Herrera sobre sus 80 años recién cumplidos y tras su regreso al teatro con la obra "En el estanque dorado".

"Me queda todo por hacer, una vida es insuficiente", lamenta Herrera (Valladolid, 1935), que hace balance de la suya, en la que ha ido haciendo lo que le "ha ido viniendo", sin ensoñaciones ni empeños, y la cual no se imagina sin el teatro.

Dirigida por Magüi Mira, "En el estanque dorado" es un clásico del teatro contemporáneo escrito por el norteamericano Ernest Thompson que habla de la edad, del miedo, del amor, de la pareja y de la familia, con tintes de humor negro, y en la que Herrera está emparejada con Héctor Alterio, con quien ha regresado en un segunda temporada.

Con una dicción perfecta que sólo se altera al compás de las emociones y mantiene intacta la elegancia que le caracteriza, la actriz da vida en el teatro de Bellas Artes de Madrid a Ethel, una mujer vitalista, como ella, con la que comparte muchos rasgos, "demasiados", matiza, pero uno destaca por encima de cualquier otro: "Intentar crear armonía a su alrededor".

"No creo que sea una persona muy fuerte, pero a lo largo de la vida me he demostrado una fortaleza...", reflexiona la actriz, "yo creía que era débil, y la verdad es que he tirado de mucha gente, a veces me he olvidado incluso de mí". Es una de las grandes damas del teatro español, y no se arrepiente de nada de lo que ha hecho en la vida, eso sí, es consciente de que se ha equivocado mucho, "y lo sigo haciendo", se corrige a sí misma, aunque "de todo se aprende", matiza.

"En el campo laboral tampoco me arrepiento, he hecho cosas que no me gustaban, y las he hecho porque las tenía que hacer y no me quedaba otro remedio, porque tenía unas obligaciones", explica. Con más de cuarenta obras de teatro a sus espaldas, otros tantos papeles televisivos y una docena de películas, la actriz reconoce que ella siempre se queda "con lo último" que hace, pero es innegable que ha habido personajes que mantiene en el "disco duro" de su ser.

Han sido "muchos personajes y muchas historias", apunta, y aunque considera que "en la vida hay tiempo para todo", es consciente de que "hay trabajos que en momentos difíciles y de carencia que te llenan y otros que te vacían", y el suyo le ha cargado "mucho" las baterías vitales. Y es que, para ella, el teatro es "como una familia", y como ocurre en las casas, a veces se crean relaciones "buenas y otras veces desastrosas", explica.