"Me siento como el presidente del Gobierno", confesaba el notario gijonés José Clemente Vázquez López minutos antes de oficiar el primer enlace matrimonial de Asturias celebrado, ayer, sin intermediación de un funcionario judicial o un edil. Eva Piñera Pérez y Mario Aparicio Solanes fueron los protagonistas de la boda en la que el oficiante era, sin embargo, el centro de todas las miradas. Tanto es así que para los responsables de la Notaría del Muelle, el despacho adonde acudió la pareja, el acontecimiento resultaba de tal magnitud que hasta entregaron tarjetones anunciando el "primer matrimonio en notaría", oficiado por Vázquez López, "notario de Gijón desde 2008, que tienen su despacho en la calle Marqués de San Esteban", rezaba el documento con el membrete y datos de contacto del fedatario público. "El beneficio es inmediato", subrayó Vázquez sobre los efectos de la ley de Jurisdicción Voluntaria que desde el pasado julio permite casar a los notarios. Pese a que la nueva normativa se encuentra "casi en pañales, resulta un poco compleja y se presta a interpretación", el notario gijonés entiende que permite "liberar de la sobrecarga actual" a las sedes judiciales para que allí se atiendan "las peticiones más perentorias" de los ciudadanos, continuó Vázquez.

La decisión de la pareja tiene que ver, precisamente, con los tiempos de espera. "Buscábamos una alternativa más rápida que el Juzgado", confirmó el novio. En el Ayuntamiento de Gijón la lista de espera se sitúa en torno a un año. "Vamos a tener recuerdos muy gratos de este día", continuó Mario, natural de Olot, desempleado en la actualidad y padre de una niña de 10 años, Claudia, que dedicó unas emotivas palabras a los recién casados.

La novia, estudiante de Psicología, se presentó radiante con unos minutos de retraso -cumpliendo con la tradición de cualquier enlace-, con vestido corto y escote palabra de honor. Llegó del brazo de su padre, Joaquín Doroteo, y con una invitada muy especial, su hija Claudia, de 2 años, que fue la encargada de entregar los anillos a los contrayentes. El notario no perdió la oportunidad de disfrutar de su estreno también en compañía de su familia. Su esposa y sus tres hijos también estuvieron presentes en el acto civil celebrado en un conocido restaurante situado junto al campo de la iglesia de Castiello. Y a Mario y a Eva les invitó a disfrutar, en adelante, de "este viaje lleno de sorpresas" que es el matrimonio. Como ingredientes fundamentales para obtener la "fórmula de la felicidad" el notario pidió a la pareja "respeto, tolerancia, paciencia, cariño, comprensión, complicidad, capacidad para perdonar las pequeñas faltas y amor, mucho amor". La novia, que dará a luz el próximo mes de febrero la primera hija en común de la pareja, no pudo reprimir la emoción cuando Claudia se declaró "feliz" porque "estoy segura que vas a ser una buena madrastra. Soy muy feliz por tener otra hermana. Os quiero mucho", enfatizó la pequeña.

El notario, por su parte, pidió a la nueva familia "que la ilusión de hoy perviva para siempre". Entre los invitados le escuchaban sus hijos Pelayo y Clemente y la más pequeña, en brazos de su esposa, mientras él continuaba su discurso. "Tratad de buscar el amor en los grandes acontecimientos de la vida, pero sobre todo en las cosas sencillas y simples de la vida cotidiana", les pidió el fedatario público. Tras la lectura de los artículos 66, 67 y 68 del Código Civil, Mario y Eva suscribieron la escritura de matrimonio, con sus amigos Javier Seijas y Eva Miguel como testigos.

"Ha sido una ceremonia perfecta, ni lo frío de hacerla en una notaría ni lo largo de una ceremonia por la iglesia", confesaron el ya marido y mujer. "En esta iglesia me casé hace doce años", contaba, como anécdota, el notario en referencia al templo parroquial situado junto al restaurante donde ayer ofició su primera boda. "Ahora ya no hay hora de salida", proclamaron Mario y Eva tras el "sí quiero". Entre tanto, el notario se acercaba a los suyos para evaluar el desarrollo del acto: "¿Qué tal ha salido?", preguntaba mientras el personal de la notaría repartía pétalos y arroz a los invitados. "Ya tengo algunas peticiones más, pero ésta será la boda más mediática", concluyó Vázquez. Él, sin duda, lo fue.