Las reivindicaciones espontáneas marcaron ayer la gala inaugural de la 64.ª edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, que fue interrumpida en su arranque a gritos de "libertad para presos enfermos".

Nada más salir al escenario las presentadoras de la gala, las actrices Emma Suárez, Mireia Gabilondo y Cayetana Guillén Cuervo, tres personas entre el público se alzaron sucesivamente con pancartas y pidiendo la liberación de los etarras enfermos. Las tres fueron expulsadas por personal del festival y la ceremonia siguió su curso con la entrega del premio "Fipresci" a la película "Tony Erdman", de la directora alemana Maren Ade.

Dada la ausencia de Ade por motivos familiares, el premio lo recogieron el actor Peter Simonischek y la productora Janine Jackowski, quien aprovechó los aplausos del público para recordar que Ade ha sido, "increíblemente", la primera mujer en recibir este premio.

Bertrand Tavernier, que presenta en el certamen el documental "Las películas de mi vida", introdujo la retrospectiva que se dedicará al cineasta Jacques Becker, acompañado del hijo de éste, el también director y actor Jean Becker. "No se puede conocer el cine francés ni Francia sin haber visto sus películas, Becker es el director que mejor asimiló el cine americano y al mismo tiempo hacía películas muy francesas", señaló Tavernier. Como es habitual durante la ceremonia, se presentó al jurado oficial, encabezado por su presidente, el director danés Bille August. También salieron al escenario el equipo de la película de inauguración, "La doctora de Brest", la directora francesa Emmanuelle Bercot y la actriz danesa Sidse Babett Knudsen.

Para seguir con las notas reivindicativas, Bercot recordó que ella también hará historia, al ser la primera mujer en inaugurar el Festival de San Sebastián, y la única directora que compite este año en una sección oficial muy masculina. "Vivan las mujeres valientes, vivan las mujeres que hacen cine y viva el Festival de San Sebastián", exclamó. La gala contó con la asistencia del ministro de Educación, Cultura y Deportes, Iñigo Méndez de Vigo; el lendakari, Íñigo Urkullu, y el embajador de Estados Unidos, James Costos.

La lluvia y el viento marcaron la jornada inaugural del certamen, aunque ya se han subsanado los desperfectos causados por la tormenta en los días previos. El agua también sorprendió al actor Ethan Hawke, el primer gran "celebrity" que llegó a la capital guipuzcoana, donde se mojó literalmente por sus fans, atendiéndoles en medio de un importante chaparrón. Hawke había llegado al hotel María Cristina al mediodía y sorprendido por la presencia de numerosos aficionados decidió atenderlos en la medida de lo posible. Ataviado con una gorra azul, gafas de pasta y una cazadora bomber verde que se ató al bajar del coche, rechazó el paraguas que le ofrecía un solícito integrante de la organización del Zinemaldia y que, por cierto, a punto estuvo de entrarle en un ojo. Con mucha paciencia y generosidad, Hawke se dedicó a firmar autógrafos, hacerse fotos y apretar manos bajo la lluvia. Entre apelaciones y gritos, incluida alguna declaración de amor, el actor trató de contentar a los fans hasta que, finalmente, se refugió en el interior del lujoso hotel, que acoge a las más ilustres personalidades del festival.