El presidente ruso, Vladimir Putin, conocido por su amor a los animales, se volvió a vestir la ropa de camuflaje, en esta ocasión para poner en libertad en la estepa a una docena de caballos salvajes mongoles.

"Éste es un caso único. En el planeta ya casi no quedan, prácticamente han desaparecido", dijo Putin en una reserva natural en la región de Orenburg, limítrofe con Kazajistán. Putin fue el encargado de atraer a los caballos con un cubo con grano para que abandonaran la jaula en la que vivían en cautividad y se adentraran sin miedo en la reserva. Los expertos temían que los seis caballos, en particular el líder del rebaño, fueran incapaces de vencer el miedo, pero finalmente, tras varios minutos de tensa espera, se internaron en su nuevo hogar.