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Kim Kardashian, famosa por la cara

La estrella de la telerrealidad y reina de las redes sociales, noticia mundial tras ser atracada en París, se dio a conocer gracias a un "reality" familiar y un vídeo porno con un exnovio

Kim Kardashian, famosa por la cara

Kim Kardashian es muy famosa. Pero mucho, mucho, mucho. Sólo en la red social Instagram supera los 80 millones de seguidores y creciendo, más si cabe después de que hace unos días unos cacos disfrazados de policías entraran en el apartamento donde se hospedaba en París, la maniataran, la encerraran en el baño y se fueran con un millonario botín en joyas, la mayoría de ellas prestadas por firmas que saben que una imagen de Kim con una de sus piezas es una publicidad de lujo. Factura millones de dólares, protagoniza portadas (incluido el "Playboy"), la llaman a programas de máxima audiencia, inspira ríos de tinta rosa. La desvalijan y es noticia mundial. Y trending topic. Y objetivo de muchos creadores de meme(ce)s que se burlan de ella mientras en sus oídos suena sin parar el clin-clin de la caja registradora.

Kim Kardashian (Los Ángeles, 21 de octubre de 1980, pueden felicitarla en breve) no canta (bueno, grabó un vídeo musical por el que fue considerada "la peor cantante en el universo de la telerrealidad). No baila. No actúa (bueno, algo ha hecho en alguna serie, pero nada que podamos tener en cuenta). No escribe libros (bueno, con sus hermanas Kourtney y Khloé publicaron una autobiografía titulada Kardashian Konfidential). Tampoco es modelo. Es famosa porque se hizo famosa sin hacer nada para merecerlo salvo dar la cara en la pequeña pantalla. Son esas cosas extrañas que ocurren desde que la televisión se puso a fabricar mitos de barro de la cabeza a los pies gracias a programas como "Gran Hermano", "Supervivientes" y similares. Sólo hay que ver la nómina de espacios como "Sálvame" para ver unos cuantos ejemplos españoles. Kim es famosa entera y por partes. Si tecleas en Google buscando información sobre su "culo" te salen 1.710.000 entradas. No es un dato baladí: Kim está muy orgullosa de su parte trasera, la luce, la resalta y la promociona. Creó tendencia incluso y no pocas mujeres, famosas o no, fueron o van a una clínica con una foto del culo kardashiano para pedir uno igual. Hay quien dice que lo tiene asegurado en 21 millones de dólares, pero ella nunca ha dicho esta póliza es mía.

Vayamos al principio. Kim es hija del abogado de origen armenio Robert Kardashian y de Kris Jenner. Su padre, ya fallecido, fue íntimo amigo de O. J. Simpson y, de hecho, se sentó a su lado durante el juicio en el que el exjugador de fútbol americano fue acusado de dos homicidios en 1995. Tiene tres hermanos (Kourtney Kardashian, Khloé Kardashian y Rob Kardashian) y dos hermanas por parte de madre: Kendall Jenner y Kylie Jenner. Quien fuera padrastro de Kim ahora es su madrastra: Kris Jenner estuvo casada de 1992 a 2014 con el atleta y figura de la televisión Bruce Jenner. En 2015, Jenner finalizó un proceso de cambio de sexo anunciando públicamente su condición de mujer y pasando a ser Caitlyn Marie.

En 2007, el nombre de Kim Kardashian y su peculiar familia empezó a colarse en los hogares norteamericanos al protagonizar el "reality" "Keeping up with the Kardashians". Kim tenía como credenciales ser una gran amiga de Paris Hilton (otro ejemplo de mujer especializada en la profesión de "socialité") con un tren de vida parecido en el que afrontaba trabajos tan arduos y sacrificados como ir a fiestas de famosos, famosetes y famosillos, pero pronto tendría autonomía propia cuando se comercializó un vídeo porno que su exnovio, el rapero Ray J, había grabado mientras se divertían en la cama.

Kardashian mostró su talento negociador y le sacó a la distribuidora del vídeo 5 millones de dólares para olvidar la felonía. Clin-clin. Por cierto, Paris Hilton también empezó a empalmar éxitos en el mercado de la fama cuando salió a la luz otro vídeo sexual que levantó pasiones.

Conseguida la fama sólo por salir en la tele haciendo de sí misma y por sus intimidades amatorias, Kim ha sabido aprovechar el tirón. Es copropietaria de una tienda de ropa (D-A-S-H) con su hermana Kourtney, tiene su propia línea de perfume y joyas, presta su cara para campañas de productos de belleza, zapatos y comida rápida, enseñó a hacer ejercicios en DVD, lanzó un bronceador... La Kim emprendedora ha hecho de su vida privada un negocio: ha ganado 45 millones de dólares con un juego que recrea su vida para teléfonos móviles. Clin-clin.

Su vida sentimental ha sido bastante agitada. En el año 2000 se casó con el productor de música Damon Thomas. A los cuatro años se divorciaron. Luego empezó a salir con el rapero Ray J, pero la publicación del famoso vídeo porno no ayudó precisamente a que la relación saliera adelante. Dos años duró su pasión con la estrella del fútbol americano Reggie Bush, aunque se dieron una segunda oportunidad que tampoco prosperó. Las malas lenguas dicen que Kim había tenido un lío con Miles Austin, de los Dallas Cowboys. Kardashian cambió los balones del fútbol por los del baloncesto y se casó el 20 de agosto de 2011 con el jugador de la NBA Kris Humphries. El partido no duró gran cosa: a los 72 días después ella pidió el divorcio. Diferencias irreconciliables, ya saben. Así que volvió al mundo de la música como cantera de novios y en verano de 2012 se supo que su gran amigo, el arisco rapero Kanye West, pasaba a ser su novio. Y bien que lo lucieron en el "reality". El 15 de junio de 2013, Kim dio a luz a una niña, North West. El 24 de mayo de 2014, la pareja se casó y el 5 de diciembre de 2015 vino a este mundo su segundo hijo, Saint West.

Hay una anécdota muy jugosa que reafirma la falta de dotes de Kim que deja claro las diferencias entre una estrella y un sucedáneo. Ocurrió en 2011, en el Madison Square Garden de Nueva York. El fallecido Prince sube a alguien del escenario para que baile con él. La afortunada (a la que no conoce) es Kim. Prince la anima a bailar, pero ella no se mueve. Paralizada. El cantante se cansa: "Largo de mi escenario".

Quien mejor la conoce, su marido el rapero, justificó recientemente la obsesión de Kardashian por hacerse selfies desde todos los ángulos posibles mostrando su cuerpo a sus seguidores de manera compulsiva. "Que mi mujer no se haga fotos de su cuerpo sería como que Adele no cantara".

Un argumento de peso, ciertamente, que se complementa con otras declaraciones de la propia Kim en la que confiesa que una de sus grandes preocupaciones es "verse gorda algunas veces". No dudó en fotografiarse desnuda (con unas franjas negras tapando los puntos clave) para demostrar que la dieta que seguía tras el nacimiento de su segundo hijo funcionaba y, como no da puntada sin hilo, anunciar que quien quisiera seguir su evolución sin perder detalle podía comprar su aplicación para móviles. Fueron 581.000 personas en todo el mundo las que dijeron rápidamente a esa impactante imagen: "me gusta". Clin-Kim.

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