La sala de espectáculos parisina Bataclan reabrió ayer con un concierto de Sting en la víspera del primer aniversario de los ataques yihadistas que causaron 130 muertos en distintas partes de la capital francesa.

"Era la única respuesta al horror de ese día", señaló el codirector de Bataclan Jules Frutos, quien en una entrevista en la emisora France Info precisó que Sting se había ofrecido para tocar en la sala, donde murieron en los ataques 90 personas y varios cientos resultaron heridas.

"Fue él quien lanzó la primera piedra. No tardé mucho en recogerla", indicó Frutos, quien precisó que en el interior de Bataclan "se ha rehecho de forma idéntica" y que las obras terminaron la semana pasada.

En marzo y en octubre ya se organizaron visitas para 400 de los espectadores que presenciaban la noche del 13 de noviembre de 2015 la actuación de los "Eagles of Death Metal", que, por su parte, no volverán. El cantante del grupo, Jesse Hughes, acusó a algunos de los vigilantes de haberse evaporado con la llegada de los terroristas -algo desmentido por la investigación- y lo achacó al hecho de que fueran de origen árabe. Los rockeros de "Eagles of Death Metal" "no pasarán por Bataclan", anunció el codirector, quien añadió que "por respeto de todos (...) y de la decencia no se me ocurriría invitarlos". Después del concierto de Sting están programadas una veintena de actuaciones hasta la primavera.