La reina, de 90 años, aún se está recuperando en su residencia rural de Sandringham del fuerte resfriado que la ha mantenido alejada de los compromisos oficiales más de dos semanas. El palacio de Buckingham ha insistido en que la soberana "sigue recuperándose", sin aportar más detalles. Esta semana la reina se encontró con fuerzas para condecorar a uno de sus empleados, Ray Wheaton, en Sandringham, un gesto percibido como un indicio claro de mejoría de su salud.