Raquel L. MURIAS

La actriz Paula Prendes (Gijón, 1983) vuelve al teatro con una loca comedia en la que comparte escenario con un elenco de actrices consagradas como Marisol Ayuso y Esperanza Pedreño. La artista asturiana confía en que con "La madre que me parió" pueda sacarse esa espinita que lleva clavada desde hace algún tiempo y que no es otra que la de debutar en el teatro en su tierra.

-¿Qué tiene el teatro que siempre engancha?

-El teatro es una revisión constante. En la televisión miras la audiencia al día siguiente y el producto está totalmente retocado y lo analizas desde tu sofá. Pero el teatro es otra cosa, ves lo que la gente respira, es un examen al que te enfrentas cada día y tienes que estar siempre por encima de las circunstancias. Es algo entre tú y el público, no hay nada más y engancha.

-Marisol Ayuso, Esperanza Pedreño?, con qué actitud se enfrenta una joven actriz como usted a los primeros ensayos con este cartel.

-Pues ante todo con mucha humildad y con una máxima que yo siempre digo, que suplo mi falta de talento con mi exceso de trabajo. Yo soy la más inexperta de todos y no es fácil hacerse un hueco ahí, así que pasas por muchos estados de ánimo y por muchas sensaciones hasta que realmente te sientes segura cien por cien con lo que haces. Yo no estuve realmente contenta con mi interpretación hasta la semana pasada. Pero ahora sí lo estoy y levito. He recibido críticas muy buenas de gente del sector que son sinceras y que valoro muchísimo.

-¿Y cómo es el primer día?

-Yo al principio siempre me cago un poco, la verdad.

-Tres mujeres que van con sus madres a la boda de una amiga y la recién casada se arrepiente...

-Sí, sí, puede ser una historia perfectamente real, aunque a mí no me gustaría vivirla, claro está. ¡Vaya papelón!, pero hay que tener mucha valentía para decir que uno se arrepiente de casarse, lo que pasa es que mucha gente se lo calla. Y si se lo callan ahora imagínate antes, en la época de nuestras madres, cuando aquello era un compromiso para toda la vida pasase lo que pasase. Ellas se casaban "acojonadas", con el miedo de que era para siempre sí o sí.

-¿Es inevitable parecerse a la madre que nos parió?

-Yo pienso que es inevitable, para lo bueno y para lo malo. Es algo que va apareciendo con los años, yo fui dándome cuenta a partir de los treinta. Primero te fastidia cuando la gente te dice eso de que "es que eres igual que tu madre" y luego pues te vas dando cuenta de que es verdad. La educación marca y con las madres hay que ser condescendiente y tener paciencia, porque como he dicho pues uno hereda lo bueno y lo malo.

-¿Y usted en qué se parece a la suya, Belén Martínez?

-En ser un fuego en el culo, soy un motorín, de esas personas que están todo el día con el culo levantado haciendo cosas, como mi madre. Y también heredé de ella que soy muy angustiosa, me voy a la cama y empiezo a hacer un repaso del día. No tengo remedio.

-Están en Madrid hasta septiembre, habrá después gira por España. ¿Conseguirá debutar en Asturias?

-Estoy convencida de que esta obra funcionará mucho mejor aún de gira, es una percepción que tengo. Ojalá, ojalá lleguemos a Asturias, nada me haría más ilusión que debutar al fin en mi tierra, ya sea en Avilés, que es donde se estrena todo, o en Gijón, en el Jovellanos, o en Oviedo. Actuar en el teatro en Asturias es una espinita que tengo clavada y creo que esta comedia es una obra maravillosa para llevar allí, porque la gente se lo pasa muy bien y hay una comparsa de actores maravillosos. Las dos obras de teatro en las que había trabajado antes eran más pequeñitas y aunque salimos de gira no llegamos a Asturias, pero ésta está funcionando muy bien, y además hay una gran promoción detrás, eso también se nota.

-Y a una amante del cachopo como usted, ¿qué le parece la opinión de Ferran Adrià comparando su plato preferido con una croqueta?

-¡Hombre, por favor!... muy mal Ferran Adrià, muy desacertado su comentario. La croqueta está en las antípodas del cachopo y no sólo por la bechamel, que el cachopo no lleva, es que lo único que comparten es el rebozado. ¿Y el tamaño, qué me dices del tamaño, cómo me los comparas? Porque el tamaño sí que importa, y más en el cachopo. Yo creo que lo que le ha pasado a Adrià es que no le han puesto un buen cachopo, igual hay que dárselo para que cambie de opinión.

-A ver cómo solucionamos esto.

-Muy fácil, él que me deje a mí la cocina de su restaurante de Barcelona que yo me encargo de comprar unos buenos filetes de aguja de ternera asturiana y le preparo yo el cachopo. Relleno con unos trigueros y unas setas, con el filete bien tierno, y un rebozado fino? ya verás cómo cambia de opinión.