El flechazo fue mutuo. Eva Longoria se declaró en el pueblo de sus ancestros "enamorada" de Asturias, y los vecinos de Longoria cayeron rendidos a los pies de Eva. Por su simpatía, por su naturalidad y, sobre todo, por la cercanía de su trato.

"Me pareció una chica muy maja, muy humilde y afable: no viene de 'celebrity'", afirmó Isabel Miranda. "Es como si ya la conociéramos de otras veces", añadió su hermana Carmen.

"Es muy sencilla y muy agradable. Estábamos muy emocionados porque fuera a venir, porque nos ha puesto en el mapa", señalaba Olga Díaz. "Me sorprendió lo cariñosa que es con la gente", añadió Begoña Díaz, quien además entregó a la actriz unos llaveros de la asociación "Cris", contra el cáncer infantil. "Es una chica muy normal, parecía que fuera del pueblo de toda la vida, concluyó Antoni Santos, resumiendo el sentir de sus convecinos.