El Dalai Lama, quien se encuentra de visita en una región india disputada por China, un viaje muy criticado por Pekín, afirmó ayer que su sucesor podría ser una mujer y reconoció que volverá al Tíbet si recibe una "señal adecuada" por parte del Gobierno chino. "La posibilidad de una Dalai Lama mujer es muy alta para los años venideros", indicó el líder budista en rueda de prensa en el Estado de Arunachal Pradesh (noreste de la India) y, bromeando, agregó que ésta deberá ser, no obstante, "muy atractiva". Se mostró convencido de que se reencarnará tras morir, aunque "nadie sabe" cuándo ocurrirá, e insistió en que China no puede decidir quién será su sucesor. En cuanto a su posible regreso al Tíbet dice que puede ser posible si hay un cambio en la actitud de Pekín.