A los 96 años Felipe de Edimburgo, consorte de la reina Isabel II, pasaba revista a las tropas de la Real Marina británica en su último compromiso oficial, el pasado miércoles. En mayo de este mismo año anunciaba su intención de poner fin a la vida pública en este desfile benéfico, un paso que dará mayor visibilidad al príncipe Carlos, su primogénito y heredero al trono, de 68 años, así como a los príncipes Guillermo y Enrique.

Nacido en 1921 en la isla griega de Corfú, contrajo matrimonio el 20 de noviembre de 1947 con la actual reina de Inglaterra, que fue designada cinco años después como soberana británica. El duque representó por primera vez a la monarquía británica en 1948, cuando asistió a un combate de boxeo en el Royal Albert Hall de Londres, convirtiéndose en el consorte más longevo en la historia de la monarquía británica. Desde entonces, ha asistido a miles de compromisos oficiales, muchos de ellos como acompañante de Isabel II y otros en solitario, a la cabeza de diversas organizaciones sin ánimo de lucro.

Miembro de más de 780 organizaciones, con las cuales seguirá estando "asociado", aunque no desempeñará un papel activo, según indicó un portavoz del palacio de Buckingham, además ha aclarado que en el futuro podría acompañar en determinados compromisos a su esposa. El duque goza de una salud relativamente buena para su edad, si bien ha estado hospitalizado en diversas ocasiones en los últimos años.

El marido de Isabel II, que sirvió en la Marina durante la Segunda Guerra Mundial, asistió al acto de anteayer en la capital británica como capitán general de ese cuerpo. Frente a él desfilaron marines que han participado en el "1664 Global Challenge". El programa rendía homenaje a una fuerza de respuesta rápida que el Ejército británico fundó en el año 1664. "Éste es un momento histórico, porque es el último compromiso real del duque y la Marina forma parte de él. Es un absoluto honor", dijo a los medios el cabo Jamie Thompson.