Los artificios y los grandes circunloquios han pasado a mejor vida. Palabra de los grandes de la moda española. En la primera jornada de la Mercedes-Benz Fashion Week, ex Cibeles, que se celebró ayer en el pabellón 14 de la Feria de Madrid (IFEMA), los diseñadores patrios confirmaron que el próximo verano la sencillez será la mejor baza para acertar con el look. Tonos neutros, tejidos naturales, estampados botánicos y referencias al mundo náutico en prendas de siluetas que juegan en pro de la comodidad. No faltó la explosión de color y alegría de la mano de Ágatha Ruiz de la Prada y Francis Montesinos; pero tampoco la emoción, que llegó con el anunciado homenaje a uno a uno de los diseñadores más aplaudidos de la pasarela madrileña, el malagueño David Delfín, recientemente fallecido. Con la proyección de un cortometraje en el que su adorada Bimba Bosé, también fallecida, y él compartían protagonismo, la semana de la moda madrileña confirmó que nunca se olvidará de sus diseños y su gran aportación a la moda española.

"Estamos saliendo de la crisis, pero un poco. Aún nos queda mucho", aseguró ayer en backstage Nuria Sardá, la diseñadora de la firma Andrés Sardá. Y esa es la corriente positiva que ella y muchos de sus compañeros mostraron en las propuestas que subieron a la pasarela. El toledano Ulises Mérida fue el encargado de levantar el telón. Su colección, en colaboración con la firma Mirto, se centró en un básico inmortal: la camisa blanca. Patrones clásicos revisitados en trajes de dos piezas, eso sí, con su clásica figura trapezoidal como base; también para vestidos. Tras él, la catalana Nuria Sardá, al frente de la firma Andrés Sardá demostró que la lencería y la moda de baño están a la altura de cualquier vestido de alta costura. En "The Aspirant", la diseñadora, que contó con la actriz Hiba Abouk como cabeza de cartel, recogió el legado del sueño americano para presentar los primeros pasos de una actriz que acaba convertida en una diva del Hollywood de los años 40. Encajes con combinaciones de color, capas de tules transparentes, plumas, mangas abullonadas, negro y mucho rosa empolvado.

El color llegó de la mano del diseñador valenciano, Francis Montesinos, que rindió homenaje con sus "Reinas del Sur" a los países Latinoamericanos, con escudos de banderas incluidas; y de la inigualable Ágatha Ruiz de la Prada. La diseñadora regresó a sus comienzos para recoger sus patrones más locos, más arquitectónicos y más surrealistas. El rosa, el rojo, el azul y el amarillo se apoderan de vestidos burbuja, como la coleta a la que se rindió hasta la mismísima Reina Letizia este verano; y de conjuntos de dos piezas que generan movimiento. Y del arcoiris a la neutralidad absoluta. Una colección casi completa en blanco, excepto por unas notas de paillettes metalizados en algunas prendas, firmadas por Modesto Lomba, que explotó la papiroflexia para crear sus formas. El director creativo de Devota & Lomba apuesta por los bordados de flores en volumen como base para crear un tejido, una tendencia que también se vio en De la Prada.

Ion Fiz, con la modelo Helen Lindes como embajadora, con la que ha realizado el diseño de una camiseta solidaria; también apuesta por una paleta de tonos empolvados para el próximo verano. Y por las familias que se visten a conjunto, que la moda es para todas las edades. La diseñadora de baño Dolores Cortés se rindió a la psicodelia en su colección, y Ángel Schlesser, marca a la que solo le queda el nombre del diseñador, anuncia un verano en rojo, azul y blanco, y plagado de referencias al mundo náutico. Una primera jornada cargada de desfiles que no se quisieron perder muchos rostros conocidos, como la "celebrity" Lindsay Lohan, la cantante Marta Sánchez, el baloncestista Rudy Fernández, el periodista Juan Ramón Lucas y hasta el "Pequeño Nicolás".